¿Fin a las bajadas del euríbor? El índice se estanca en junio y rondará el 2% este año
El principal índice hipotecario se estanca. Pese a que continúa en su nivel más bajo desde agosto de 2022, el euríbor cierra junio con una media similar a la del mes anterior. ¿Supone esto que las bajadas han llegado a su fin? En un contexto de incertidumbre, las previsiones coinciden en que al índice no le queda mucho recorrido a la baja y cerrará el año rondando el 2%.

Hay que recordar que el índice entró en negativo en 2016 y ahí se mantuvo hasta que entró en positivo en abril de 2022. Desde entonces, el euríbor ha mantenido una tendencia a la baja, aunque haya tenido algún pequeño repunte como el de enero de 2025.
Concretamente, después de nueve caídas mensuales consecutivas, el índice comenzó el año subiendo y situándose en el 2,525%. Tras este pequeño susto para los hipotecados, el índice bajó en febrero hasta el 2,407%. En marzo, la incertidumbre congeló el euríbor, que se situó en el 2,4%, mientras que en abril se colocó en el 2,143% y mayo lo cerró en el 2,081%.
Un dato en el que vuelve a situarse al término de junio. En el mismo mes de 2024, la cotización era manifiestamente superior a la actual: 3,65%.
"Este índice llevaba cuatro descensos consecutivos en lo que va de año, en paralelo a los tres recortes de tipos de interés que el Banco Central Europeo (BCE) llevó a cabo entre enero y mayo de 2025", comenta el analista del comparador financiero HelpMyCash, Miquel Riera. A principios de junio, el organismo europeo volvió a recortar los tipos de interés, pero el euríbor no cerrará el mes con una nueva bajada.
Como señala, hay dos culpables de este estancamiento: "En primer lugar, que el euríbor ya se había adelantado a esas bajadas de intereses. En segundo lugar, la compleja situación geopolítica general y, en particular, el conflicto bélico entre Israel e Irán, que disparó el temor a un incremento del precio del petróleo y del gas".
"El encarecimiento del precio de la energía puede provocar un repunte de la inflación de la eurozona", un escenario con el que, si se diera, el BCE podría verse obligado a mantener estancados sus tipos o incluso subirlos. "Por eso el euríbor no siguió bajando: este índice suele adelantarse a las decisiones del BCE, así que si se prevé que este organismo no recortará sus intereses en un futuro cercano su cotización tiende a estancarse o a subir", dice.
Por su parte, la portavoz de Kelisto.es, Estefanía González, comenta que, "a pesar de la desaceleración de la economía de la eurozona y de las expectativas de que el BCE pueda realizar un ajuste más en los tipos de interés antes de terminar el año, el euríbor se mantiene en los mismos niveles alcanzados a finales de mayo", un comportamiento que sugiere que, "aunque la institución europea apueste por una futura moderación en la tasa de inflación, los mercados no están completamente alineados con estas expectativas".
Como explica, "la estabilidad del euríbor en las últimas semanas tiene que ver, aunque parezca contradictorio, con el entorno geopolítico actual, especialmente en Oriente Medio. La reciente escalada del conflicto entre Israel e Irán, con la intervención de EEUU, ha elevado la incertidumbre en los mercados globales, especialmente por su potencial impacto en los precios del petróleo y, por ende, en la inflación. A pesar de estos temores, y con el conflicto ya teóricamente cerrado, el euríbor sigue apostando por la estabilidad, lo que sugiere que los mercados no consideran probable un recrudecimiento de la situación en la zona".
En cualquier caso, cree que, a largo plazo, las tensiones geopolíticas seguirán siendo un riesgo latente que podría provocar un aumento de la inflación y un empeoramiento en las perspectivas de la economía de la eurozona, los dos indicadores que están en el punto de mira del BCE.
"A la situación en Oriente Medio hay que sumar el fin de la tregua en la aplicación de aranceles por parte de EEUU, que debería finalizar el 9 de julio, lo que podría generar nuevas tensiones comerciales. Esta situación podría marcar la próxima reunión del BCE, programada para el 24 de julio -en la que a priori no se esperaban nuevos movimientos-, lo que podría tener su impacto en los tipos de interés y, con bastante probabilidad, en el principal índice de las hipotecas variables en España", añade.
En cuanto a las perspectivas para el euríbor, desde el departamento de Análisis y Mercados de Bankinter vaticinan que se moderará los próximos años y, según sus estimaciones, el euríbor a 12 meses podría situarse en el 2% en 2025 y el 2,2% en 2026.
Mientras, en Ebury estiman que el BCE se tomará todo, o casi todo el verano, para valorar la situación arancelaria, antes de tomar una decisión sobre los tipos. "Por ello, en ausencia de grandes sorpresas, podríamos observar que el euríbor a 12 meses se asienta sobre una meseta durante el verano y hasta que el BCE esté preparado para flexibilizar, por última vez en este ciclo, su política monetaria".
Según Riera, lo que se espera es que el BCE lleve a cabo un único recorte más en lo que queda de año, hasta dejar su interés de referencia en el 1,75%. Ante este escenario, la previsión del experto de HelpMyCash es que el euríbor cerrará 2025 con un valor de entre el 1,9% y el 2%, aproximadamente.
No obstante, reconoce que es complicado hacer pronósticos cuando la situación geopolítica es tan cambiante como la actual. En este sentido, advierte de que hay varios factores que pueden provocar un repunte de la inflación y, por consiguiente, del índice hipotecario.
De su lado, y con la debida cautela que debe marcar las previsiones en este momento dada la extrema incertidumbre en el panorama internacional, desde Kelisto mantienen sus expectativas y, a expensas de lo que pueda ocurrir en las próximas semanas, ven factible ver una nueva bajada de tipos antes de finalizar el año, pero probablemente después del verano, y un euríbor que podría cerrar el ejercicio moviéndose en una horquilla de entre el 1,8% y el 2%, expone González.