Vuelven las reinas de 2020: cinco estrellas de la era pandémica listas para brillar
Hubo un tiempo en que medio mundo trabajaba por Zoom, compraba por Shopify y sudaba en casa con Peloton. En pleno confinamiento, estas compañías se convirtieron en los tótems de una economía digitalizada a la fuerza.
Cuatro años después, Tracey Ryniec, analista de Zacks Investment Research, vuelve a fijarse en ellas, y también en algunas viejas conocidas del sector tecnológico, para responder a una pregunta interesante: ¿es momento de volver a apostar por las acciones que tanto subieron durante la pandemia?
PELOTON: EL REGRESO DEL CAÍDO
De símbolo de bienestar a valor castigado: la historia de Peloton parece escrita en los pedales del exceso. Sus títulos se han desplomado un 94% desde 2021, pero la compañía vuelve a asomar en los radares. Es, según Ryniec, un Zacks #1 Rank (compra fuerte). No en vano, prevé que el grupo pase de pérdidas a ganancias este año, con beneficios esperados de 0,07 dólares por acción tras un incremento del 123%.
“Peloton está más ligera y más enfocada en su negocio esencial”, explica la citada experta. “No es solo una historia de recuperación, sino una prueba de resistencia”. El mercado sigue escéptico, pero la compañía intenta demostrar que su modelo híbrido -hardware, suscripciones y comunidad- puede sobrevivir fuera del salón de casa.
SHOPIFY: DEL DESPLOME AL RENACER
En el universo digital, Shopify fue el motor de millones de pequeños comercios durante la pandemia. En 2022 vivió su propio naufragio, con beneficios cayendo un 93,8%, pero en 2025 ha vuelto a levantar el vuelo: gana más del 50% en el año y proyecta incrementos del 11,5% en 2025 y del 21% en 2026.
Su valoración, con un PER de 114 veces, es una advertencia, pero también un reflejo del apetito del mercado por las historias de crecimiento. “Shopify vuelve a ser un nombre de moda, pero necesita demostrar que puede crecer de forma rentable”, advierte Ryniec. Con la integración de inteligencia artificial en su ecosistema y el auge de los pagos digitales, su reinvención puede ir más allá del comercio electrónico.
ZOOM: DE MODA PASAJERA A VALOR DE FONDO
Zoom continúa siendo un caso fascinante. Tras un desplome del 83% en cinco años, cotiza con un PER de 13,7, terreno propio de las acciones de valor. “Zoom ya no es el juguete de moda, es una empresa con caja, flujo de efectivo y millones de usuarios fieles”, resume Ryniec.
Sus ganancias apenas aumentarán un 5% el próximo ejercicio, pero la compañía ha diversificado su oferta con inteligencia artificial, seguridad y herramientas corporativas. No volverá al esplendor de 2020, pero sí puede convertirse en un refugio discreto para inversores que buscan valor sin estridencias.
TWILIO: UNA SEGUNDA VIDA PARA LAS COMUNICACIONES DIGITALES
Menos mediática que las anteriores, Twilio fue otro nombre clave de la digitalización. Con una capitalización de 16.000 millones y un crecimiento de beneficios esperado del 22% en 2025, Ryniec ve margen para el optimismo.
“Twilio no es un cohete, pero tiene combustible suficiente para recorrer otro tramo alcista”, sostiene. Las previsiones de ventas moderadas apuntan a una recuperación pausada, pero real.
PAYPAL: EL RETORNO DEL CLÁSICO
Y si de reinas hablamos, PayPal sigue siendo la veterana del grupo. Con un PER adelantado de 13,6, la plataforma de pagos se presenta como la alternativa más estable entre las antiguas estrellas. Tras un año de retrocesos, se espera un repunte de beneficios del 12,5%. “En un mercado donde muchos valores tecnológicos cotizan con múltiplos de tres cifras, PayPal ofrece solidez y un punto de entrada razonable”, explica Ryniec.
La empresa, que fue emblema del comercio digital, ha pasado de prometer disrupción a defender rentabilidad. En tiempos de volatilidad, ese cambio puede ser una virtud.
EL RETORNO DE LAS VIEJAS GLORIAS
Peloton, Shopify, Zoom, Twilio y PayPal son, en distinta medida, los fantasmas luminosos de 2020. Su renacimiento parcial revela algo más profundo: el mercado ya no busca promesas, sino empresas capaces de reinventarse sin renunciar a la rentabilidad.
Como concluye Ryniec, “no se trata de revivir la pandemia, sino de entender qué aprendieron esas compañías del vértigo de 2020”. Las antiguas reinas vuelven a escena, no con fuegos artificiales, sino con un guion más maduro: menos brillo, más fondo. Y quizás, ahí, resida su nueva oportunidad.
