Rebote con freno: Naturgy encara su gran resistencia y define los niveles a vigilar
“Las crisis son pruebas de fuego; quien las supera, sale más fuerte”. La frase podría servir como epígrafe de lo que ha sucedido con Naturgy en las últimas semanas.
Tras el golpe que supuso la colocación acelerada de capital a principios de agosto, que arrastró a la acción hasta los 25,90 euros, el grupo ha recuperado altura y se mueve ya con solvencia por encima de los 27 euros. ¿Es este el inicio de un nuevo tramo alcista o apenas un rebote tras el susto?
LA COLOCACIÓN QUE REMOVIÓ EL TABLERO
El 5 de agosto, Naturgy ejecutó una colocación acelerada del 2% de su capital junto con una venta bilateral del 3,5%, ampliando así su free float hasta el 15,1%. La operación se cerró con un descuento del 7% sobre mercado y derivó en una caída inmediata del 7,17%. Un golpe en apariencia serio.
Sin embargo, el mercado lo digirió con rapidez. El movimiento, lejos de espantar a los inversores, fue leído como una forma de incrementar liquidez y facilitar la vuelta a índices como el MSCI. “La operación tuvo un impacto inicial negativo, pero su efecto a medio plazo será positivo para la acción”, explicaron los analistas de Bankinter en un informe posterior, en el que reiteraron su recomendación de comprar sobre el grupo.
UN GIRO QUE RESPALDA LA EVOLUCIÓN TÉCNICA
La reacción ha sido contundente: Naturgy no solo ha recuperado gran parte de lo perdido el día de la colocación, sino que ha transformado la antigua resistencia de 26 euros en un soporte firme.
El precio se mueve por encima de las medias móviles de 50 y 200 sesiones, ambas en pendiente ascendente, lo que confirma la estructura alcista de fondo.
Desde el punto de vista gráfico, el mercado vigila ahora la franja de 27,8–28,5 euros, niveles previos a la colocación. Un cierre sólido por encima de ese rango abriría las puertas hacia 29,8–30,5 euros, e incluso hacia la zona de 31–32 euros en extensión.
“Mientras conserve los 26 euros, Naturgy seguirá disfrutando de un sesgo claramente positivo”, señalaban recientemente los analistas de IG, mostrando su confianza en un ataque no muy lejano a los 29 euros.
BENEFICIOS DE RÉCORD Y VISIÓN DEFENSIVA
El respaldo técnico se suma a unos fundamentos que sorprenden al alza. La compañía cerró el primer semestre de 2025 con un beneficio neto récord de 1.147 millones de euros, un 10% más que en el mismo periodo de 2024, impulsado por la subida en precios de electricidad y gas y por su gestión en el área de trading.
Además, prevé alcanzar un EBITDA de 5.300 millones en 2027 y un beneficio neto de 1.900 millones, elevando además el dividendo a 1,90 euros por acción, frente a los 1,40 euros de 2024.
“Se trata de un perfil defensivo con crecimiento visible y una rentabilidad por dividendo del 6,6%”, destacan en Bankinter, quienes sitúan su precio objetivo en los 28,60 euros.
CONSENSO: ENTRE LA PRUDENCIA Y EL OPTIMISMO
No obstante, el consenso de mercado refleja cierta cautela: según TradingView, los analistas otorgan a Naturgy un precio medio de entre 26,4 y 26,6 euros, con objetivos que oscilan desde los 22,5 hasta los 30 euros. Pocos recomiendan compra directa.
Aun así, la lectura de entidades como Bankinter contrasta con este escepticismo: “Los fundamentales son robustos y, a los precios actuales, el binomio rentabilidad-riesgo es atractivo”, subrayan desde la firma.
La clave, por tanto, parece estar en la lectura temporal: mientras que el consenso ve un valor ajustado a corto plazo, las casas más constructivas apuestan por un potencial adicional si se confirman los resultados y la ruptura técnica.
CONCLUSIÓN
Naturgy ha convertido un correctivo en un catalizador. La colocación acelerada de agosto, que a priori podía marcar un antes y un después negativo, ha terminado siendo la chispa que ha permitido reforzar su atractivo. Con los 27 euros como nuevo punto de apoyo y primera resistencia clara en los 28-28,5 euros, el mercado observa con atención si la acción será capaz de emprender un nuevo viaje hacia los 30-32 euros.
El mensaje para el inversor es nítido: Naturgy no solo ha sobrevivido al sobresalto, sino que ha salido con más músculo técnico y más argumentos fundamentales. Una lección de resiliencia bursátil que invita a pensar que, a veces, las correcciones son la antesala de los mayores impulsos.
