El clima empresarial Ifo de Alemania empeora a mínimos de 2020: "La debilidad se ha vuelto crónica"

"El descenso se debió sobre todo a unas expectativas más pesimistas. Por el contrario, las empresas valoraron la situación actual como mejor", añaden desde el Instituto alemán.

Así, el componente de expectativas cayó a 84,4 en diciembre, desde 87 en noviembre y frente al 87,5 esperado, mientras que el componente de evaluación actual mejoró a 85,1, desde 84,3 del mes anterior, superando la estimación de 84.

Por sectores, en el manufacturero el índice cayó notablemente. Las empresas estaban menos satisfechas con el negocio actual y sus expectativas también eran significativamente más sombrías. La situación de los pedidos volvió a empeorar y se anunciaron recortes de la producción.

En el sector servicios, el índice de clima empresarial empeoró, debido a que las expectativas de las empresas son más escépticas. Sin embargo, la situación actual se evalúa como algo mejor. Mientras que el sector de la restauración registra un buen comportamiento en Navidad, el sector del transporte y la logística se muestra preocupado por los próximos meses.

En el comercio, el índice no logró mantener la tendencia alcista de los últimos dos meses. Las empresas se mostraron menos satisfechas con la situación actual de sus negocios y el pesimismo también aumentó en lo que respecta a las expectativas. Esta evolución se debió principalmente al comercio mayorista, aunque el comercio minorista también mostró una tendencia insatisfecha.

En el sector de la construcción, el clima empresarial mejoró. Aunque las empresas se mostraron algo más positivas respecto a su situación actual, sus expectativas empeoraron.

TIEMPOS DIFÍCILES POR DELANTE

"Como era de esperar y como se ha experimentado en el pasado, el índice Ifo tiende a captar los acontecimientos de corto plazo con un cierto retraso. Los resultados de las elecciones estadounidenses y el colapso del gobierno alemán parecen haber llegado ahora a los altos ejecutivos alemanes", comentan los analistas de ING.

Destacan que este ha sido el segundo año consecutivo de estancamiento, el primero desde principios de la década de los 2000, lo que supone "una creciente conciencia de que Alemania es nuevamente el enfermo de Europa. Bueno, al menos el rezagado en crecimiento de Europa".

De cara al futuro, creen que el resultado de las elecciones estadounidenses y las posibles políticas económicas de la administración entrante de Donald Trump, junto con los problemas políticos y de finanzas públicas en Francia, son los últimos en sumarse a la larga lista de riesgos económicos de Alemania.

Mientras, ven que la esperanza para la economía alemana proviene de dos lados: "Una actitud más modesta ante las políticas de empobrecimiento del vecino previstas en EEUU y un aumento de la confianza y el crecimiento en Alemania después de las elecciones".