Esta acerera española vuelve al radar: seduce por igual a técnicos y a fundamentales
Acerinox vuelve a hacer ruido. No por un rally explosivo ni por un titular grandilocuente, sino por algo más sólido y raro en estos tiempos volátiles: un mapa de largo plazo que encaja, convence y da ganas de subirse al tren. Las coordenadas las pone Eduardo Faus, analista de Renta 4, cuya lectura técnica apunta a un horizonte que el mercado llevaba años sin atreverse a imaginar. Y cuando los gráficos, los fundamentales y el consenso alinean la brújula, conviene prestar atención.
“El precio ha hecho algo crucial: superar y consolidar un rango histórico que el título no lograba romper desde 2007”, explica Faus, subrayando un hito que muchos habían dado por imposible.
EL SOPORTE QUE CAMBIA LA PARTIDA
La clave está en esa zona entre los 9,60 y los 10,15 euros, máximos históricos durante 17 años, que ahora se convierte en soporte inmediato. Un cambio de rol de manual, pero con una particularidad: aquí no hablamos de un techo reciente, sino de un muro generacional que por fin ha cedido.
Según Faus, es precisamente esa ruptura la que “abre la puerta a un tramo de precios que hacía tiempo que no entraba en las quinielas de los inversores”. El experto va más lejos y sitúa el objetivo teórico de medio/largo plazo en nada menos que 27 euros. Sí, 27. Una cota que multiplica por más de dos el nivel actual y que coloca a Acerinox en la liga de las grandes oportunidades del ciclo industrial europeo.
En un mundo donde muchos valores dependen de catalizadores difusos o modas pasajeras, la acerera española ofrece algo poco común: estructura, claridad y un suelo fiable. Un segundo soporte, la franja entre los 7,50 y los 7,80 euros, completa un territorio que, en palabras del analista, “resulta de los más solventes dentro del sector metálico europeo”.
EL CONSENSO TAMBIÉN SE PRONUNCIA
No es solo Faus. Las casas de inversión miran a Acerinox con un optimismo generalizado. La recomendación del consenso, compuesto por 14 firmas, es la de comprar. Por su parte, el precio objetivo medio se sitúa en 13,77 euros, con un potencial cercano al 17% frente a los niveles actuales. En un mercado donde muchas historias se agotan en semanas, la de Acerinox parece empezar ahora.
Citi, por ejemplo, apunta directamente al catalizador que podría marcar el giro definitivo: las nuevas medidas de defensa comercial de la Unión Europea. “El sistema de cuotas y aranceles será decisivo para estabilizar márgenes y reactivar la demanda interna”, señalan sus expertos, convencidos de que el sector está a las puertas de una recuperación más firme de lo previsto. Tanto es así que han revisado al alza su precio objetivo desde 13 a 14 euros, con recomendación de compra.
UN REENCUENTRO ENTRE TÉCNICA Y FUNDAMENTALES
Cuando análisis técnico y análisis fundamental dicen lo mismo, el mercado escucha. Que Acerinox haya roto un rango histórico y que las políticas comerciales europeas le den viento de cola es una coincidencia poco habitual. Añade a eso su diversificación geográfica, su músculo operativo y un ciclo del acero que podría estar en pleno punto de giro, y el argumento se vuelve difícil de ignorar.
Como resume Faus, “Acerinox entra en una fase en la que la paciencia del inversor puede verse ampliamente recompensada”. En un ecosistema bursátil obsesionado con la inmediatez, esa frase tiene algo de declaración contracultural… y de oportunidad.
¿QUÉ HACER AHORA?
La recomendación de Renta 4 es clara: comprar a medio/largo plazo. El mercado ya no mira a Acerinox como una cíclica más, sino como un valor que ha pasado una prueba que llevaba demasiados años pendiente. Con una estructura renovada, un sector protegido y unos objetivos que hacen levantar cejas, la acerera entra en el radar de quienes buscan valor sin renunciar a crecimiento.
En un 2026 donde la volatilidad previsiblemente dominará titulares, Acerinox podría ser la excepción: una historia de fondo que se cocina a fuego lento, pero con aroma a oportunidad. La conclusión, quizá, esté implícita desde el principio: cuando un valor rompe las paredes de su propia historia, conviene preguntarse si no estamos ante el inicio de una nueva. Y aquí, todo apunta a que sí.
