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20/06/2025 15:37:14

La economía del bricolaje: por qué Home Depot es más fiable que la Fed

Si quiere saber cómo se siente realmente el consumidor estadounidense, no mire a la Reserva Federal. Diríjase a los pasillos de Home Depot. Allí, entre martillos, brocas y sacos de fertilizante, se lee un lenguaje económico más revelador que muchos informes macroeconómicos.

La economía del bricolaje: por qué Home Depot es más fiable que la Fed

Home Depot es un barómetro directo del consumo y la confianza en Estados Unidos”, sentencia Jeffrey Neal Johnson, analista de MarketBeat.

Como principal cadena de reformas del hogar en Estados Unidos, su comportamiento no solo anticipa tendencias de gasto, sino que también ofrece pistas sobre la salud del mercado inmobiliario, la solidez del pequeño comercio y la temperatura emocional del ciudadano medio. Cuando Home Depot tose, medio Wall Street se pone nervioso.

EL CLIENTE 'DIY' Y EL CLIENTE 'PRO': DOS CARAS DE UNA MISMA MONEDA

Home Depot atiende a dos grandes públicos: los consumidores domésticos de bricolaje (DIY) y los contratistas profesionales (Pro). Entender sus comportamientos es como interpretar dos líneas de un mismo electrocardiograma.

El consumidor DIY es un reflejo emocional de la economía”, explica Johnson. Cuando siente que el trabajo y el crédito están asegurados, se embarca en reformas costosas, desde cocinas completas hasta reformas integrales de baños. Pero si el miedo entra por la puerta (subidas de tipos, inflación o inseguridad laboral), las reformas salen por la ventana. Lo que queda entonces son tareas menores: pintar una valla, arreglar una fuga o plantar un rosal.

El contratista profesional, en cambio, se mueve por necesidad, no por deseo. Casi la mitad de los ingresos de Home Depot provienen de ellos. Y su demanda es más resistente: reparar tejados, cambiar calderas o mantener edificios antiguos no es opcional. “El 50% del parque de viviendas en Estados Unidos tiene más de 40 años. Esa es la mina silenciosa que alimenta el negocio Pro”, subraya el analista.

LA RADIOGRAFÍA ACTUAL: ALERTA EN CONSUMO, CALMA EN CONSTRUCCIÓN

Los datos más recientes apuntan a una dualidad clara. El consumidor medio está pisando el freno, mientras que el profesional sigue adelante. El segmento DIY muestra debilidad, especialmente en los productos de mayor precio, como consecuencia directa de los altos tipos de interés y del encarecimiento de la financiación.

La pausa del consumidor doméstico es una reacción natural en un entorno donde pedir un préstamo para renovar la cocina cuesta más que nunca”, comenta Johnson. En cambio, el contratista profesional continúa comprando materiales de construcción, herramientas especializadas y suministros, porque las obras que realiza no se pueden aplazar.

El resultado es una economía que se enfría, sí, pero que no se congela. Y eso cambia por completo la narrativa.

¿Y QUÉ HACEMOS CON LAS ACCIONES DE HOME DEPOT?

Aquí entra el factor bursátil. La acción de Home Depot ha quedado algo rezagada respecto al mercado en general. Pero eso no implica debilidad estructural, sino una oportunidad para quienes sepan mirar más allá del corto plazo. “El mercado ya ha descontado el bajón del consumidor, pero no ha valorado del todo la fortaleza del cliente profesional”, sostiene el citado estratega.

La empresa ha movido ficha: ha comprado SRS Distribution, un gran proveedor del canal Pro, para blindar su posición. Además, mantiene un "atractivo" dividendo del 2,66% y sigue con su programa de recompra de acciones, lo que proporciona una base de retorno estable al inversor.

Claro que no todo es optimismo. Si los tipos siguen altos y los consumidores siguen apretándose el cinturón, la venta de artículos de alto margen se resentirá. Y con un PER de 23,5, el valor no es precisamente una ganga: “El mercado ya está pagando por estabilidad, así que no hay margen para errores”, advierte Johnson.

LA VIVIENDA COMO MOTOR, PERO TAMBIÉN COMO FRENO

El verdadero comodín en esta partida es el mercado inmobiliario. Por un lado, la antigüedad del parque de viviendas garantiza un flujo constante de obras necesarias. Por otro, si los precios de las casas caen, los propietarios se sentirán menos ricos, menos inclinados a gastar y menos capaces de financiar reformas.

El valor de la vivienda es el ancla psicológica del consumidor americano. Si se debilita, se debilita todo lo demás”, resume este experto.

CONCLUSIÓN: UN BALANCÍN CON CLAVOS Y HORMIGÓN

En tiempos inciertos, Home Depot no es solo una empresa de mejoras del hogar. Es una brújula económica, un proxy de la confianza colectiva, un espejo de lo que ocurre detrás de cada fachada suburbana. Su acción no es para quienes buscan emociones fuertes, sino para quienes valoran la solidez en medio de la bruma.

Mientras los bancos centrales dudan, Home Depot construye. A veces, las respuestas no están en Jackson Hole, sino en la caja de herramientas. Y tal vez, como sugiere Johnson, entender el futuro de la economía americana pase por observar no los gráficos del PIB, sino los carritos de compra de pintura y tornillos.


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