Donald Trump y Xi Jinping se reunirán el próximo 30 de octubre en Corea del Sur

El Gobierno estadounidense ha puesto fin a las especulaciones incitadas por el propio Trump, quien puso en duda un encuentro que ya estaba programado en medio de las crecientes tensiones comerciales entre las dos principales economías del mundo, que se han recrudecido tras las restricciones chinas sobre la exportación de tierras raras.

"El jueves por la mañana, hora local, el presidente Trump participará en una reunión bilateral con el presidente Xi de la República Popular China, antes de partir de regreso a su casa en Washington", ha señalado la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, en rueda de prensa.

Sin embargo, los analistas advierten de que este encuentro no significa necesariamente que los países vayan a ultimar un pacto comercial, ya que las amenazas surgidas en las últimas semanas complican las negociaciones.

"El presidente Trump anunció que su reunión con el primer ministro chino, Xi Jinping, estaba programada, retractándose de su comentario de principios de esta semana, cuando afirmó que la reunión propuesta en Corea del Sur a finales de este mes podría no celebrarse. Sin embargo, los inversores se mostraron inquietos después de que el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, afirmara que Estados Unidos podría restringir ciertas exportaciones a China, en concreto las de productos que contienen software estadounidense", destaca David Morrison, analista senior de mercado de FCA.

Bessent ya viajó ayer a Malasia, junto al representante comercial de Estados Unidos, Jamieson Greer, para verse con un equipo chino y avanzar en las negociaciones. El equipo estadounidense se mostró optimista sobre las posibilidades del encuentro.

"En principio, existe una buena zona de aterrizaje para Estados Unidos y China, donde comerciamos de manera más equilibrada, en bienes no sensibles, y mantenemos una relación constructiva", aseguró Greer.

Joshua Mahony, analista jefe de Scope Markets, ve posible "un compromiso para reanudar las compras de soja de China", aunque considera que "cualquier solicitud más grandiosa del presidente al inicio de esta guerra comercial parece haberse desvanecido en un intento de simplemente reanudar el comercio de productos agrícolas y de tierras raras vigente durante el gobierno de Biden".

"A una semana de la reunión entre Trump y Xi, el riesgo también se sopesa frente a las importantes recompensas si finalmente vemos un avance en las negociaciones comerciales. Cabe destacar que, si bien un acuerdo se consideraría positivo para la confianza del mercado, es muy improbable que contribuya significativamente a la economía estadounidense", concluye.