Batalla de chatbots: ¿qué inteligencia artificial acierta más en bolsa?
¿Puede una máquina batir al instinto humano en bolsa? Esa es la pregunta que se plantearon los expertos de MarketBeat al organizar un peculiar torneo de inteligencia artificial: siete modelos de IA y treinta analistas humanos compitiendo para ver quién elegía el mejor valor bursátil.
El resultado deja una moraleja inesperada. La inteligencia artificial puede aprender rápido, pero la intuición, por ahora, sigue cotizando al alza.
CHATGPT, EL ALGORITMO CON MEJOR OLFATO BURSÁTIL
Entre los contendientes estaban nombres que definen la nueva era tecnológica: ChatGPT, Gemini, Claude, Grok o Perplexity. Cada uno debía escoger una única acción con potencial de revalorización a tres meses vista, bajo las mismas reglas y sin repetir elección.
El ganador entre las IA fue ChatGPT, que apostó por SoundHound AI, una compañía de voz e inteligencia conversacional. Su elección no fue casual: el valor se disparó un 56% durante el periodo de la prueba, impulsado por nuevos contratos y por el entusiasmo del mercado hacia las aplicaciones reales de la IA.
“ChatGPT mostró una sorprendente coherencia en su razonamiento y una capacidad para mantener contexto, lo que explica su acierto”, comenta Thomas Hughes, autor del estudio.
El podio de la IA lo completaron Claude Sonnet, con un 38,7% de ganancia al elegir AST SpaceMobile, y ChatGPT Deep Research, que se decantó por Larimar Therapeutics (+31,9%). En total, tres algoritmos que lograron retornos notables y muy por encima del mercado medio, demostrando que los modelos generativos pueden detectar señales de momentum y narrativas de crecimiento con notable eficacia.
DE LAS ESTRELLAS AL DESASTRE: CUANDO LA IA SE EQUIVOCA
No todos los modelos brillaron igual. Claude Opus y Grok, ambos con fama de creativos y analíticos, fracasaron estrepitosamente. El primero apostó por Replimune, que cayó un 34% tras el rechazo regulatorio de su fármaco oncológico. El segundo se lanzó a por MoonLake Immunotherapeutics y terminó con un desplome del 83%.
“El exceso de información puede ser una trampa”, advierte Hughes. “Algunos modelos confunden ruido con señal y sobreponderan narrativas atractivas sin analizar la estructura financiera subyacente”.
De hecho, el rendimiento medio de las IA fue muy desigual, lo que evidencia que el éxito no depende tanto del tamaño del modelo como de su entrenamiento y su capacidad de interpretación de contexto financiero. Los sistemas con enfoque más “conversacional” superaron a los que priorizan búsqueda o razonamiento puro, un resultado que refuerza el valor de combinar lenguaje natural con análisis cuantitativo.
LOS HUMANOS TODAVÍA GANAN (PERO POR POCO)
La sorpresa final vino de la mano de un analista humano que escogió Hut 8 Corp, empresa de minería de Bitcoin y computación de alto rendimiento, cuyo valor se disparó un 120% en el periodo. Ni ChatGPT ni sus pares lograron igualar esa rentabilidad.
“El experimento demuestra que la experiencia, el olfato y la intuición siguen marcando diferencias”, concluye Hughes. “La IA es una herramienta poderosa, pero todavía necesita guía humana para interpretar los ciclos del mercado”.
Pese a ello, el informe sugiere que las máquinas están aprendiendo rápido. Modelos como ChatGPT o Claude Sonnet ya ofrecen sugerencias razonadas y contextuales que muchos asesores humanos firmarían. Y lo hacen sin emociones, sin cansancio y con una memoria infinita.
RECOMENDACIONES E IMPLICACIONES PARA INVERSORES
MarketBeat subraya que SoundHound AI mantiene una recomendación de “compra moderada” por parte del consenso, mientras que AST SpaceMobile y Larimar Therapeutics cuentan con proyecciones de crecimiento de tres dígitos en los próximos trimestres. Sin embargo, el informe recuerda que “no todos los algoritmos son iguales ni todos los contextos son predecibles”.
Para el inversor medio, la lección es clara: las IA pueden servir como brújula, pero no como piloto automático. Combinadas con el criterio humano, son capaces de ampliar el horizonte de análisis, descubrir oportunidades ocultas y eliminar sesgos, siempre que se entienda su naturaleza probabilística.
ENTRE LA LÓGICA Y LA INTUICIÓN
En última instancia, esta curiosa competición entre cerebros humanos y digitales plantea una metáfora del propio mercado: una pugna constante entre razón y emoción. Las IA afinan sus modelos con datos, pero el mercado, como la mente humana, sigue siendo imperfecto, cambiante y, a veces, ilógico.
Quizás la verdadera inteligencia bursátil no esté en elegir entre humano o máquina, sino en la sinergia entre ambos. Como resume Hughes: “El futuro de la inversión no será humano ni artificial: será híbrido”
