¿Se ha equivocado la Fed al bajar los tipos? "Nos preocupa que subestime los riesgos"
La última reunión de la Reserva Federal (Fed) ha dado mucho de qué hablar. El banco central estadounidense recortó los tipos de interés en 25 puntos básicos (pb), tal y como se esperaba, y mantuvo su previsión de bajadas para el año próximo sin cambios. También anunció la reanudación de su programa de compra de bonos, pero con un claro foco en el corto plazo.

Entre tanto, el presidente Jerome Powell se mostró más dovish (blando) de lo esperado en su rueda de prensa posterior, adoptando una postura optimista con la trayectoria de la inflación –si se excluyen los aranceles, podría alcanzar su pico en el primer trimestre de 2026—, pero más negativa en lo tocante a un mercado laboral más débil de lo que les gustaría ver.
De hecho, el propio Powell llegó a admitir que los datos oficiales podrían estar sobrevalorando la creación de empleos en 60.000 puestos de trabajo al mes. Dicho de otro modo, Estados Unidos podría estar destruyendo unos 20.000 empleos cada mes. "Creo que un mundo donde la creación de empleo es negativa… necesitamos observar eso muy cuidadosamente", afirmó el presidente del banco central.
Precisamente, la divergencia entre la senda de la inflación y del mercado laboral es lo que ha contribuido a la fracturación de la Fed. El problema, como dice Powell, es que "no hay un camino libre de riesgo" ni pueden dejar uno de los dos objetivos de su doble mandato —estabilidad de precios y máximo empleo— desatendido.
"Desde hace tiempo hemos subrayado estas tensiones en un nuevo entorno marcado por megafuerzas (grandes tendencias estructurales) y restricciones de oferta. Los comentarios de Powell también refuerzan que muchas de las fuerzas estructurales que enfrenta la economía —como la menor oferta de trabajo— son algo que la política monetaria no puede abordar", señala Jean Boivin, responsable del BlackRock Investment Institute.
Según Powell, "cuando ambos lados del mandato están amenazados, debes mantenerte más o menos neutral", como es el caso. Para el presidente del banco central, la postura actual está "en el extremo alto" de la neutralidad de tipos, circunstancia que les permitirá "esperar y ver" cómo evolucionan unos datos que serán claves de cara a la reunión de enero… y para saber si la decisión de recortar fue la correcta. Aunque algunos expertos creen conocer ya la respuesta.
¿SE HA EQUIVOCADO LA FED?
Dennis Shen, economista y presidente del Consejo Macroeconómico de Scope Ratings, tiene claro que la Fed ha derrapado en esta reunión. Según el experto de la firma alemana, la decisión es "equivocada" y "muy controvertida", debido tanto a la presión política como del mercado.
Por un lado, Shen señala la evidente división en el seno del banco central. Por primera vez de 2019, tres miembros del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) votaron en contra de la mayoría, con dos a favor de mantener los tipos en sus niveles actuales y uno, Stephen Miran, el gobernador puesto a dedo por Donald Trump, abogando por una bajada mayor, de hasta 50 puntos básicos. Las previsiones a futuro no hicieron más que poner de manifiesto estas diferencias.
El diagrama de puntos (dot plot) mostró que siete miembros del FOMC no esperan recortes de los tipos de interés el año que viene —con tres de ellos defendiendo subidas—, mientras que cuatro prevén un recorte, otros cuatro creen que habrá dos más y cuatro más proyectan, al menos, tres bajadas más en 2026. Por si fuera poco, tal y como refleja el documento, las diferencias se mantienen tanto en 2027 como en 2028 y en el largo plazo. En conjunto, las previsiones se mantienen: un recorte de 25 pb en 2026, frente a los dos que espera el consenso, y otro en 2027.
Para numerosos analistas, esto evidencia el mayor problema que tiene la Fed en estos momentos: la sombra del presidente estadounidense Donald Trump cerniéndose sobre el banco central. Trump ha sido muy crítico con Powell, al que ha pedido bajar los tipos de interés hasta el 1% y al que ha amenazado con despedir en más de una ocasión. Con el mandato de Powell como presidente expirando en mayo de 2026, y viendo su modo de proceder al nombrar a Miran, los mercados esperan que Trump nombre a una figura afín a sus ideas. En este sentido, todos los focos apuntan a Kevin Hassett, director del Consejo Económico Nacional y uno de los consejeros más cercanos al presidente, el cual ya ha reconocido a The Wall Street Journal que los tipos de interés pueden seguir bajando más y a un ritmo mayor del actual.
Este escenario preocupa profundamente a Shen, quien cree que la Fed corre el riesgo de pasar del "unificador" Powell a una figura "polarizadora" que erosione los dos mayores activos de la Fed: su independencia y su credibilidad. "La politización de la Fed y el debilitamiento de la independencia del banco central son motivos de gran preocupación para la estabilidad económica y financiera", advierte el experto de la agencia de calificación germana.
¿ERROR DE CÁLCULO?
Pero el problema no es solo político, ya que, según Shen, las lagunas en los datos conocidos tras el cierre del Gobierno federal "siguen siendo reales". Si bien considera "prudente" que la Fed haya sugerido una pausa momentánea —algunos creen que hasta que se decida quién sustituirá a Powell—, la previsión de que el nuevo presidente impulso nuevos recortes de los tipos de interés hace que el discurso sea "menos convincente".
"Los miembros de la Reserva Federal revisaron al alza las previsiones medias de crecimiento para 2026, del 1,8% al 2,3%, lo que coincide con la previsión del 2,4% de Scope. Esperan una inflación ligeramente inferior, pero dada la resistencia de la economía estadounidense, los datos mixtos del mercado laboral y una inflación superior al objetivo, no había necesidad de bajar los tipos ayer", afirma.
Esta tesis es compartida por Boivin. El experto de BlackRock cree que la inclinación de la Fed hacia nuevos recortes de tipos en un contexto de inflación y crecimiento resilientes "revela una desconexión en la política monetaria global". Sin ir más lejos, este experto recuerda que varios bancos centrales, especialmente en Europa y Australia, con más débiles que los de EEUU, señalan que su próximo movimiento de tipos será al alza.
"No había necesidad de bajar los tipos de interés", afirma Scope Ratings
"Esta desconexión y el impacto de las megafuerzas aumentan la incertidumbre sobre la trayectoria de la Fed es un riesgo de cara al próximo año y pone un peso adicional sobre los próximos datos de EEUU, especialmente la reanudación de los informes de empleo e inflación la próxima semana y en enero, cuando el calendario de datos comience a normalizarse", subraya.
Asimismo, Boivin alerta que cualquier repunte en la contratación o en la confianza empresarial "podría reactivar las presiones inflacionarias, reintroduciendo tensiones en la política monetaria respecto a la sostenibilidad de la deuda" federal.
En esta misma línea se sitúa George Brown, economista sénior de Schroders para Estados Unidos, las bajadas que ha realizado y que contempla el banco central "corren el riesgo de avivar la inflación en lugar de apoyar el crecimiento real". "Nos preocupa que la Fed esté subestimando el riesgo de una mayor inflación y que el mercado lo esté infravalorando. También creemos que los tipos no son tan restrictivos como muchos creen, dada la resistencia de la economía en los últimos años, a pesar de los altos tipos nominales. Por lo tanto, seguimos creyendo que la valoración del mercado de un tipo terminal inferior al 3% para la Fed es demasiado agresiva", afirma este estratega.
Para el experto de Schroders, la situación económica de Estados Unidos es compleja. Por un lado, la economía "goza de una base sólida" y, si bien depende de la dinámica del mercado laboral, la moderación en la contratación es "sintomática de la incertidumbre comercial y la preocupación por los efectos secundarios sobre el crecimiento".
"A medida que estos obstáculos vayan desapareciendo, la creación de empleo debería recuperarse, pero las restricciones a la inmigración podrían limitar la oferta de mano de obra y hacer subir los salarios reales. El crecimiento también debería verse respaldado por una política monetaria más acomodaticia y el impulso fiscal positivo de la One Big Beautiful Bill. Por ello, prevemos que la economía estadounidense crecerá un 2,4 % tanto en 2026 como en 2027", explica.
Por otro, estos factores hacen que un resurgimiento de la inflación sea más probable. Según Brown, el impacto de los aranceles ha sido "limitado" en los precios al consumo, pero duda que las empresas puedan seguir absorbiéndolos, "dada su amplitud y escala". En este sentido, ahora que hay "claridad" sobre "dónde es probable que se estabilicen" las tarifas, este analista espera que las empresas empiecen a trasladar parte de la carga a los consumidores.
"Esto podría dar lugar a efectos de segunda ronda en la fijación de precios y salarios, especialmente ante las elevadas expectativas de inflación. Nuestra previsión es que la inflación del IPC se sitúe por encima del consenso, en un 3,3% en 2026, antes de retroceder hasta el 2,3% en 2027", sentencia.
¿CÓMO INVERTIR?
En este contexto, Mathieu Racheter, jefe de estrategia de renta variable de Julius Baer, cree que los inversores harían bien en fijarse no solo en acciones estadounidenses.
En primer lugar, porque el crecimiento de beneficios "se está ampliando más allá de EEUU, y una Fed más acomodaticia "históricamente ha apoyado a las acciones, incluso con valoraciones elevadas". "Esto hace que la diversificación internacional sea cada vez más importante a medida que mejora el impulso de beneficios regionales", apunta.
Además, la estacionalidad de fin de año hace que el panorama general hacia principios de 2026 siga siendo "constructivo". Las dos últimas semanas de diciembre históricamente han sido las más fuertes del año, con ganancias promedio del 1,4% y una tasa de acierto de aproximadamente 75%, según datos de Julius Baer.
En segundo lugar, porque la volatilidad observada tras los decepcionantes resultados de Oracle vuelve a dar buena cuenta de cómo el mercado reacciona cuando las compañías vinculadas a la inteligencia artificial (IA) no convencen. La tecnológica comandada por Larry Ellison se hundió este jueves después de decepcionar con sus ingresos y de aumentar su previsión de gastos de capital a 50.000 millones de dólares en el año fiscal, 15.000 millones más que en su anterior previsión.
Solo en el último trimestre, la compañía gastó 12.000 millones de dólares, casi un 33% más de lo que esperaban los analistas, y siguió quemando caja —su flujo de caja libre se situó en -10.000 millones— y su deuda supera los 100.000 millones de dólares. "Los inversores parecen esperar continuamente que el gasto de capital incremental genere ingresos adicionales más rápido de lo que refleja la realidad", destaca Mark Murphy, analista de JP Morgan. Y cuando no llegan al listón, el mercado se asusta.
En lo tocante a la renta fija, Dario Messi, jefe de análisis de renta fija de Julius Baer, cree que las compras de letras del Tesoro anunciadas por la Fed serán importantes para estabilizar la liquidez y ayudar a estabilizar la curva. "Probablemente veremos compras netas elevadas durante los próximos meses, lo que debería eliminar parte de la reciente volatilidad en los mercados monetarios. Esperamos que los rendimientos de los bonos del Tesoro permanezcan dentro de un rango y de forma lateral a partir de ahora", concluye.




