Mientras todos miran a Nvidia, Ackman apuesta por otro coloso tecnológico
¿Qué hace Bill Ackman cuando todo el mundo corre hacia Nvidia? Se detiene, observa y elige Amazon. Este gestor, uno de los más reconocidos de Wall Street, ha decidido ir contracorriente y apostar por una compañía cuyo potencial de inteligencia artificial (IA) podría no haber sido plenamente valorado por el mercado.

Y lo ha hecho en silencio, tras el cierre del primer trimestre, sin que su último 13F lo reflejara. Pero ahora lo sabemos: Pershing Square ha comenzado a comprar acciones de Amazon.
UN MOMENTO ESTRATÉGICO: COMPRAR CUANDO EL MERCADO VENDE
Ackman no eligió Amazon por azar ni por nostalgia tecnológica. Según los informes, la compra se produjo en abril, justo cuando el mercado sufrió un golpe por las nuevas tarifas comerciales de Trump. Amazon retrocedía entonces un 6% en el año. Para un gestor de su talla, ese fue el momento: comprar calidad en pánico.
“El mercado reaccionó con miedo, pero yo vi valor”, podría haber dicho Ackman. Y el análisis encaja: Amazon, herida por la incertidumbre macro, ofrecía una ventana de entrada para aquellos con visión de largo plazo.
AMAZON, UN IMPERIO DISCRETO PERO PODEROSO
En un mundo donde Microsoft gira en torno a Azure, Apple al iPhone y Tesla a sus eléctricos, Amazon destaca por su capacidad de integración. Es un ecosistema completo, no una apuesta única: comercio electrónico, nube, logística, anuncios, contenidos, supermercados físicos… Y ahora, además, un músculo creciente en IA.
“Lo que más valoro de Amazon es su arquitectura sistémica”, explica Adam Spatacco, analista de The Motley Fool y autor del informe. “Tiene la capacidad de conectar todas sus áreas de negocio con inteligencia artificial propia. Eso no solo es eficiencia, es escalabilidad inteligente”.
Ackman ya lo hizo antes con Alphabet, otro de los 7 Magníficos, atraído por su diversificación. El paralelismo es evidente: ambas empresas crean valor en múltiples frentes. Pero Amazon suma, además, un componente diferencial: su agresiva inversión en hardware personalizado y centros de datos para IA.
INTELIGENCIA ARTIFICIAL: EL CATALIZADOR OCULTO
En la carrera tecnológica actual, la IA no es solo una tendencia: es el nuevo lenguaje del crecimiento. Amazon ha comprendido esto y está posicionándose no solo como empresa usuaria, sino como desarrolladora.
Su división AWS ya muestra signos de crecimiento impulsado por la IA, pero el verdadero potencial está en cómo esa inteligencia puede permear cada rincón de su modelo de negocio. “Amazon puede usar IA para afinar recomendaciones, optimizar rutas de entrega, personalizar contenidos y multiplicar márgenes”, apunta Spatacco.
En otras palabras, no se trata solo de una nueva fuente de ingresos, sino de un multiplicador transversal de rentabilidad. Y eso cambia el juego.
"UN VALOR QUE AÚN NO REFLEJA SU FUTURO"
El citado experto cree que Amazon está "infravalorada" en relación con otras tecnológicas líderes. Y lanza una predicción audaz: podría convertirse en la primera compañía en alcanzar una capitalización bursátil de 5 billones de dólares.
“Si logra integrar sus capacidades de IA en toda su estructura y empieza a registrar crecimientos de ventas y beneficios superiores al resto, el mercado le aplicará una prima de valoración. No tengo duda”, asegura Spatacco.
Por ahora, "el título ofrece un punto de entrada razonable para quienes piensen a largo plazo". Así, en su opinión, Amazon no es una moda, es un caso de maduración tecnológica. Su ecosistema es resiliente y está listo para una nueva fase expansiva.
LECCIONES PARA EL INVERSOR RETAIL
¿Qué puede aprender el pequeño inversor de este movimiento? Primero, que no siempre hay que seguir al rebaño. Mientras el foco mediático sigue anclado en Nvidia o Apple, otros gigantes preparan silenciosamente su próxima gran transformación. Segundo, que los retrocesos del mercado son oportunidades si el activo subyacente tiene fundamentos sólidos.
Y tercero, que la IA ya no es solo una promesa: es una herramienta que redefine sectores enteros, y Amazon tiene el arsenal para liderar esa revolución sin cambiar de piel.
CONCLUSIÓN: UN GIGANTE QUE DESPIERTA
Bill Ackman no apuesta por humo. Su movimiento en Amazon revela la mirada de un inversor que ve más allá del presente. Una compañía que ya domina múltiples industrias y que ahora integra inteligencia artificial para amplificar su poder es, sin duda, un activo de valor creciente.
En tiempos de incertidumbre, los ecosistemas complejos y adaptativos como el de Amazon pueden ser la mejor brújula. Y si Ackman tiene razón, la próxima gran historia del mercado no será sobre chips, coches eléctricos o teléfonos, sino sobre cómo la IA convirtió a un gigante del comercio en el primer titán de los 5 billones.