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09/06/2025 15:46:01

La última carta de Musk: un robotaxi para reconciliarse con Wall Street

Después de meses de turbulencias, Tesla ofrece por fin un par de señales que invitan a mirar al horizonte con algo menos de recelo. En plena resaca de caídas de ventas, protestas de consumidores y enfrentamientos políticos, la compañía de Elon Musk va a poner en marcha esta semana su proyecto de robotaxis sin conductor en Austin y ha cortado lazos con el presidente Donald Trump.

La última carta de Musk: un robotaxi para reconciliarse con Wall Street

Un volantazo doble que, según algunos analistas, puede cambiar la narrativa… o al menos detener la sangría.

Pero, ¿basta con eso para sostener una acción valorada como si el futuro ya estuviera aquí? La respuesta es menos sencilla de lo que parece.

ADIÓS A LA RED DE SEGURIDAD: EL FIN DEL TRUMP PUT

Hasta hace poco, muchos inversores consideraban que Tesla contaba con un "respaldo implícito" de la política estadounidense: la cercanía de Elon Musk al entorno de Donald Trump. La idea era simple: un eventual regreso republicano a la Casa Blanca facilitaría ayudas al vehículo eléctrico, un marco más laxo para los robotaxis y subsidios a la producción nacional.

Todo eso se vino abajo hace unos días. Musk y Trump protagonizaron un enfrentamiento abierto en redes sociales a raíz del plan “Big Beautiful Bill”, que propone recortar incentivos fiscales para coches eléctricos y desechar programas de eficiencia que Tesla apoyaba.

Como resume un analista de The Pragmatic Investor: “El 'Trump Put' ha muerto. Ahora Tesla está sola frente al mercado y la política”.

AUSTIN Y EL SILENCIO DE LOS COCHES SIN CONDUCTOR

En medio de esta tormenta política, Tesla parece haber activado por fin el modo autónomo. Según ha comunicdo el propio Musk en X, la compañía lleva varios días probando Model Y sin conductor en las calles de Austin, Texas. El despliegue comenzó con unas pocas unidades y se limita a zonas geovalladas, es decir, áreas con bajo riesgo.

La ambición, sin embargo, es descomunal: alcanzar una flota de 1.000 vehículos en pocos meses, como fase previa al esperado lanzamiento del Cybercab en 2026. No es poca cosa. El antecedente de Cruise (subsidiaria de General Motors), que tuvo que frenar en seco tras un accidente, pesa en el aire. Pero también hay entusiasmo.

“Habrá muchos reveses, pero creemos que Tesla tiene la oportunidad de liderar el mercado autónomo”, apunta Dan Ives, de Wedbush Securities. “La marcha hacia una valoración de 2 billones de dólares ha comenzado.”

ENTRE JUNIPER, OPTIMUS Y LA REALIDAD

La Tesla de hoy no solo compite con coches, sino con expectativas. Su nuevo Model Y Juniper brilla en algunos mercados como en el noruego, pero el resto del mundo no responde igual. En Europa, las ventas cayeron un 49% interanual en abril; en China, las matriculaciones bajaron un 15%; en EEUU, su cuota de mercado ha descendido por debajo del 50%.

“El Juniper es prometedor, pero no puede cargar con todo el peso de Tesla”, advierten desde The Pragmatic Investor. Además, se multiplican los frentes abiertos: Optimus, su robot humanoide, el futuro Model Q, y una división de energía que aún necesita tiempo (y dinero).

FUNDAMENTALES: LA VERDAD DETRÁS DEL RELATO

Los números no mienten, y los de Tesla comienzan a generar inquietud. Una valoración de 83 veces EBITDA exige crecimientos del 22% anual durante un lustro para justificar una ratio razonable. Pero el EBITDA empieza a caer, el flujo de caja es ajustado, y las inversiones no cesan.

“Tesla sigue teniendo un balance sólido, pero si el crecimiento no se reactiva pronto, hasta eso podría tambalearse”, advierte el mismo informe.

A eso se suma el hecho de que ya no existe un viento político a favor. El nuevo entorno exige resultados, no solo narrativa. La ejecución será lo que marque la diferencia.

¿ES EL MOMENTO DE COMPRAR?

Quienes buscan rebotes técnicos pueden ver un punto de entrada: la acción ronda su media de 200 sesiones, y el evento del robotaxi, anunciado para este próximo jueves, 12 de junio, podría ser catalizador. Pero para el inversor a largo plazo, el dilema es más profundo.

“El relato ya no es suficiente. Ahora Tesla tiene que demostrar que puede transformar sus ideas en beneficios reales y sostenibles”, subraya, por su lado, Daniel Miller, de The Motley Fool. Y añade una advertencia: “La empresa parece dividida entre ser fabricante, tecnológica o ambas… pero aún no se decide”.

EL VEREDICTO FINAL

Tesla ha perdido a Trump, ha encendido su flota autónoma y ha vuelto al trabajo con Musk encerrado en la fábrica. ¿Suficiente para reiniciar la ilusión? Tal vez. Pero esta vez no hay red. El coche ha arrancado… y no hay nadie al volante.

La era del relato ha terminado. La era de la ejecución comienza ahora.


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