La UE y EEUU cierran por escrito el acuerdo formal para un arancel general del 15%
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente estadounidense, Donald Trump, han cerrado un acuerdo formal por el cual la Unión Europea (UE) y EEUU aplicarán un arancel general del 15%, según queda recogido en la declaración conjunta publicada por ambos países en la que se recogen por escrito los términos para evitar la guerra arancelaria.

Un acuerdo que "representa una demostración concreta de nuestro compromiso con un comercio y una inversión justos, equilibrados y mutuamente beneficiosos" y "consolidará nuestra relación comercial y de inversión, una de las más importantes del mundo, y revitalizará la reindustrialización de nuestras economías", aseguran en el comunicado.
También "refleja el reconocimiento por parte de la UE de las preocupaciones de EEUU y nuestra determinación conjunta de resolver nuestros desequilibrios comerciales y liberar todo el potencial de nuestro poder económico combinado. EEUU y la UE pretenden que este acuerdo marco sea un primer paso en un proceso que pueda ampliarse con el tiempo para abarcar nuevas áreas y seguir mejorando el acceso a los mercados e intensificando su relación comercial y de inversión".
Así lo indica el texto publicado por la Comisión Europea, en el que se detalla que entre los términos clave incluye que EEUU "se compromete a aplicar el arancel de nación más favorecida (NMF) estadounidense o un arancel del 15%, compuesto por el arancel NMF y un arancel recíproco, a los productos originarios de la UE, el que sea mayor".
Además, a partir del 1 de septiembre, EEUU se compromete a aplicar únicamente el arancel NMF a los siguientes productos de la UE: recursos naturales no disponibles (incluido el corcho), todas las aeronaves y sus componentes, productos farmacéuticos genéricos y sus ingredientes y precursores químicos.
"EEUU y la UE acuerdan considerar otros sectores y productos importantes para sus economías y cadenas de valor para su inclusión en la lista de productos a los que solo se aplicarían los aranceles NMF", añaden.
En el acuerdo también se incluye la intención de la UE de eliminar los aranceles sobre todos los productos industriales estadounidenses y otorgar acceso preferencial al mercado para una amplia gama de productos agrícolas y del mar estadounidenses, como frutos secos, productos lácteos, frutas y verduras frescas y procesadas, alimentos procesados, semillas para plantar, aceite de soja y carne de cerdo y bisonte.
De igual manera, EEUU muestra su intención de garantizar con prontitud que la tasa arancelaria sobre productos farmacéuticos, semiconductores y madera no supere el 15%.
También, "cuando la UE presente formalmente la propuesta legislativa necesaria para promulgar las reducciones arancelarias establecidas, EEUU reducirá los aranceles sobre automóviles y autopartes originarios de la UE de la siguiente manera: no se aplicarán aranceles sobre automóviles ni autopartes a los bienes cubiertos de la UE con un arancel NMF del 15% o superior y para los bienes cubiertos con una tasa NMF inferior al 15% se aplicará una tasa combinada del 15%".
Se espera que estas reducciones arancelarias entren en vigor a partir del primer día del mismo mes en que se presente la propuesta legislativa de la UE.
"EEUU espera que las propuestas legislativas de la UE sean coherentes con este acuerdo marco y promulgadas por las legislaturas correspondientes. Todas las modificaciones a los aranceles se ejecutarán de manera que refuercen y sean coherentes con los intereses de seguridad nacional de EEUU", exponen.
Respecto al acero, el aluminio y sus productos derivados, la UE y EEUU "tienen la intención de considerar la posibilidad de cooperar para proteger sus respectivos mercados internos del exceso de capacidad, garantizando al mismo tiempo la seguridad de las cadenas de suministro entre ambos, incluso mediante soluciones de contingentes arancelarios".
Ambos países negociarán reglas de origen que garanticen que los beneficios del acuerdo sobre comercio recíproco beneficien predominantemente a EEUU y a la UE.
COMPROMISOS DE INVERSIÓN
También se comprometen "a cooperar para garantizar un suministro energético seguro, fiable y diversificado, incluyendo la eliminación de las barreras no arancelarias que podrían restringir el comercio energético bilateral".
Como parte de este esfuerzo, la UE pretende adquirir gas natural licuado, petróleo y productos de energía nuclear estadounidenses, con un consumo previsto de 750.000 millones de dólares hasta 2028. Además, pretende comprar chips de inteligencia artificial estadounidenses por un valor mínimo de 40.000 millones de dólares para sus centros de cómputo.
También planea colaborar con EEUU para "adoptar y mantener requisitos de seguridad tecnológica acordes con los de EEUU, en un esfuerzo concertado para evitar la fuga de tecnología a destinos preocupantes. EEUU se esforzará por facilitar dichas exportaciones una vez que dichos requisitos estén en vigor".
Además, se propone promover y facilitar las inversiones mutuas a ambos lados del Atlántico. En este contexto, se prevé que las empresas europeas inviertan 600.000 millones de dólares adicionales en sectores estratégicos de EEUU hasta 2028. "Esta inversión refleja el firme compromiso de la UE con la asociación transatlántica y su reconocimiento de EEUU como el destino más seguro e innovador para la inversión extranjera", asegura el texto.
De igual manera, la UE planea "aumentar sustancialmente" la adquisición de equipo militar y de defensa de EEUU, con el apoyo y la facilitación del gobierno estadounidense: "Este compromiso refleja una prioridad estratégica compartida: profundizar la cooperación transatlántica en materia de industria de defensa, fortalecer la interoperabilidad de la OTAN y garantizar que los aliados europeos cuenten con las tecnologías de defensa más avanzadas y fiables disponibles".
En lo que respecta en reducir o eliminar las barreras no arancelarias, en cuanto al sector automotriz, ambos países tienen la intención de aceptar y reconocer mutuamente sus normas, así como a mejorar las oportunidades de cooperación técnica entre las organizaciones de normalización con sede en la UE y EEUU, con el objetivo de identificar y desarrollar normas para el mercado transatlántico en sectores clave de interés mutuo.
Por su parte, se comprometen a fortalecer la cooperación y la acción relacionada con la imposición de restricciones a la exportación de recursos minerales críticos y otros recursos similares por parte de terceros países.
Finalmente, ambos territorios abordarán las barreras injustificadas al comercio digital. En ese sentido, la UE confirma que "no adoptará ni mantendrá tarifas por el uso de la red". Ninguno impondrán aranceles aduaneros a las transmisiones electrónicas.
"EL RESULTADO PODRÍA HABER SIDO PEOR"
Para los analistas de ING, este acuerdo marco "refuerza la impresión generada tras el acuerdo con Escocia: la única ventaja real para Europa es que el resultado podría haber sido peor y que ahora hay cierta claridad. Sin embargo, esta claridad sigue siendo frágil y podría disolverse rápidamente".
Creen que el acuerdo contiene "numerosos elementos que podrían generar tensiones y una escalada en el futuro. La implementación, el seguimiento y el cumplimiento de muchas de las intenciones no siempre son claros". Además, "sirve como un doloroso recordatorio de la actual dependencia de Europa de EEUU, más que viceversa".
"Es difícil llamarlo acuerdo cuando se lee más como un documento de control de daños para Europa", aseguran.
Como explican, no es un tratado jurídicamente vinculante, sino una aclaración del acuerdo de cooperación entre Trump y Von der Leyen que confirma elementos clave: un arancel estadounidense del 15% sobre la mayoría de los productos europeos, intenciones europeas de reducir o eliminar ciertos aranceles sobre productos estadounidenses, aumento de las compras europeas de energía estadounidense y mayor inversión en EEUU.
"El acuerdo describe qué sectores estarán sujetos al arancel del 15%. Para Europa, es un alivio que los productos farmacéuticos y los semiconductores estén incluidos en este grupo, lo que los exime de aranceles aún más altos. La situación con los automóviles es más compleja: solo pasarán a la categoría del 15% (frente al 27,5% actual) una vez que Europa cumpla su compromiso de reducir los aranceles sobre los productos estadounidenses. Esta condicionalidad es solo un ejemplo de la ambigüedad del acuerdo, que da lugar tanto a interpretaciones como a una posible escalada".
Apuntan que "otros elementos, como las "intenciones" (no compromisos) de Europa de reducir aranceles, comprar más energía estadounidense e invertir más en EEUU también carecen de fuerza vinculante".
Más allá de los aranceles, el acuerdo incluye "disposiciones que abordan antiguas políticas emblemáticas de la UE. Estas incluyen flexibilidad para las empresas estadounidenses en el marco del Mecanismo de Ajuste en Frontera de las Emisiones de Carbono, la Directiva sobre la Debida Diligencia Corporativa en Materia de Sostenibilidad (CDSD) y la Directiva sobre la Presentación de Informes de Sostenibilidad Corporativa (CDSR). La Comisión Europea incluso ha presentado algunos de sus proyectos favoritos para satisfacer a la parte estadounidense en las negociaciones", afirman.



