S&P 500: las cinco señales amarillas que advierten de un mercado en euforia
El mercado late con fuerza, impulsado por la fiebre de la inteligencia artificial. Pero, como recuerda Bret Jensen, analista de Seeking Alpha, no todo lo que brilla es oro.

“Estamos entrando en territorio burbuja”, advierte este experto, y lo hace desplegando "cinco señales que parpadean en amarillo, muy cerca del rojo, sobre el S&P 500".
DIVIDENDOS EN MÍNIMOS HISTÓRICOS
En los años ochenta, la teoría financiera enseñaba a valorar las acciones por los flujos de caja futuros, y los dividendos eran el corazón de esa ecuación. Hoy, ese pálpito apenas se oye. El S&P 500 ofrece una rentabilidad por dividendo del 1,2%, “prácticamente el mismo nivel en que estaba en la cúspide de la burbuja puntocom”, subraya Jensen.
El contraste es colosal: en 1984, el índice ofrecía casi un 4,6%. "Con semejante escasez de retornos en efectivo, el mercado se apoya más en expectativas que en realidades".
CONCENTRACIÓN EN POCAS MANOS
La historia rima. En 1999, el 40% del valor del mercado lo controlaban apenas diez compañías: Microsoft, GE, Cisco o Intel entre ellas. Hoy, el guion es el mismo, aunque con protagonistas renovados: Microsoft, Nvidia, Apple, Amazon, Meta y Alphabet concentran de nuevo cerca del 40% de la capitalización.
“El mercado se bifurca: mientras unos pocos gigantes siguen marcando máximos, muchas compañías del índice apenas avanzan”, alerta el mencionado estratega.
"El resultado es un S&P 500 que se apoya en pilares demasiado estrechos para sostener un edificio tan pesado".
UN DÓLAR DÉBIL Y MÁS COSTES
El dólar cede más de un 10% en lo que va de 2025, una de las caídas más pronunciadas de los últimos tiempos. Para las multinacionales estadounidenses, esto significa menores márgenes y más complicaciones en las cadenas de suministro.
“Un dólar débil funciona como un arancel invisible”, explica Jensen. Y no es un detalle menor: el debilitamiento de la divisa también fue un factor clave en el crash de 1987.
"VALORACIONES EXTREMAS"
La relación precio-beneficio (PER) del S&P 500 ronda las 30 veces beneficios, "un nivel que sugiere optimismo desbordado". Pero si el crecimiento de las ganancias se ralentiza al 7% anual, como se proyecta para el segundo semestre, el ratio PEG se multiplica. “Estamos en niveles extremos, difícilmente sostenibles”, destaca Jensen.
El precio/ventas tampoco ofrece consuelo: se encuentra en máximos históricos, recordando que "los ingresos son más difíciles de manipular que los beneficios".
ALERTA EN EL INDICADOR BUFFETT
La capitalización bursátil total frente al PIB, conocido como el Indicador Buffett, está en “territorio desconocido”, según Jensen. "No es casualidad que Warren Buffett haya reforzado la caja de Berkshire Hathaway en los últimos años, preparándose para la tormenta".
“Cuando el oráculo de Omaha acumula efectivo en lugar de acciones, conviene prestar atención”, ironiza el analista.
RECOMENDACIONES PRUDENTES
Ante este panorama, Jensen no apuesta por retirarse del todo, pero sí por protegerse. Tres cuartas partes de su cartera están en estrategias de covered calls sobre valores con valoraciones aún razonables, y el resto en letras del Tesoro a corto plazo con rentabilidad del 4,3%.
“El entusiasmo y el FOMO (miedo a perderse algo) pueden seguir inflando los precios, pero mi experiencia me dice que la desconexión de las valoraciones siempre termina ajustándose”, añade.
CONCLUSIÓN: CUANDO EL SEMÁFORO NO ESTÁ EN VERDE
El S&P 500 avanza con la música de la inteligencia artificial, pero los acordes de la historia recuerdan que el ritmo puede romperse en cualquier momento.
Jensen no pide salir corriendo, pero sí ajustar el paso. El mercado, como un coche en autopista, acelera entre luces amarillas. Y el inversor, si quiere evitar el accidente, debería recordar que no todos los semáforos son eternos.



