El oro renueva máximos históricos y está en camino de su mejor año desde 1979
El oro no para. El metal precioso vuelve a marcar un récord histórico al alcanzar los 3.780 dólares por onza en el mercado al contado, mientras que el contrato de futuros para diciembre supera cómodamente los 3.800 dólares. En lo que va de año, el oro ha subido más de un 40% y está en camino de marcar su mejor año desde hace casi medio siglo.

Los expertos de Deutsche Bank señalan que el oro no ha visto un año tan bueno desde 1979, año en el que estalló la crisis del petróleo tras la Revolución Iraní. El consiguiente aumento de la inflación provocó que los inversores buscaran refugio en este activo. No obstante, aquel año el metal precioso acumuló un repunte de más del 100%.
Paralelamente, el índice del dólar estadounidense (DXY) amplió sus pérdidas respecto a la sesión anterior, haciendo que el oro cotizado en dólares resulte más barato para los compradores extranjeros. Como inversión de refugio seguro, el oro tiende a rendir bien en entornos de bajas tasas de interés y durante períodos de incertidumbre política y financiera como el actual.
En este sentido, hay dos frentes a los que mirar. Por un lado, la política monetaria, especialmente la de Estados Unidos, con la Reserva Federal (Fed) recortando los tipos de interés y pronosticando dos más en lo que queda de 2025. En su última reunión, el banco central también advirtió sobre la debilidad del mercado laboral y sobre una inflación más alta de lo esperado, que no retornará al objetivo del 2% hasta 2028, según las proyecciones del banco central.
El nuevo gobernador de la Reserva Federal, Stephen Miran, afirmó el lunes que la Fed está interpretando mal lo ajustada que ha establecido la política monetaria y que pondrá en riesgo el mercado laboral sin recortes agresivos de tasas. Por el contrario, otros miembros como Raphael Bostic y Alberto Musalem creen que la Fed no tiene demasiado margen para volver a bajar las tasas.
Cabe recordar que Miran fue el voto discordante en la última reunión y que es un miembro designado a dedo por el presidente estadounidense Donald Trump para presionar al banco central y conseguir una política monetaria ultralaxa.
"Aunque algunos responsables de la política monetaria recomiendan cautela ante las persistentes presiones inflacionarias, los mercados ya están incorporando recortes adicionales, manteniendo la atención en las próximas declaraciones de Jerome Powell (presidente de la Fed) y en los datos del PCE del viernes para confirmación. Por ahora, el impulso del oro refleja un mercado que apuesta a que la política monetaria se relajará más rápido de lo que la economía puede enfriarse", apunta Matt Britzman, analista sénior de acciones de Hargreaves Lansdown.
En el frente geopolítico, las tensiones en Ucrania y en Palestina siguen apoyando los precios. Por un lado, el Ministerio de Defensa de Rusia declaró que sus fuerzas habían tomado el control del asentamiento de Kalynivske, en la región de Dnipropetrovsk. Por otro, Francia, Reino Unido, Canadá, Australia y Portugal han reconocido el Estado de Palestina, tensando sus relaciones con Estados Unidos e Israel, mientras estos dos hablan de "repartirse" Gaza. Los bombardeos israelíes acabaron con la vida de 40 personas en Gaza este domingo, entre ellos 19 mujeres y niños, y dejaron otros 5 muertos en Líbano, cuatro de ellos ciudadanos estadounidenses, entre los que se encontraban tres niños.
Kathleen Brooks, directora de investigación de XTB, llama la atención sobre cómo estos factores vienen mitigando el apetito por el riesgo y, por lo tanto, alimentando el repunte del oro. "El oro y las criptomonedas se habían movido de manera bastante conjunta en los últimos meses. Sin embargo, hoy el oro ha subido a un nuevo récord mientras que las criptomonedas se han visto presionadas", señala esta experta.
De su lado, Stephen Innes, socio gerente de SPI Asset Management, califica al oro como un "bote salvavidas atornillado a la cubierta". "¿Significa esto que el oro no tiene riesgo? Para nada. Como cualquier activo, sube por muros de preocupación y tropieza bajando escaleras de miedo. Pero a diferencia de las acciones, su valor no depende del susurro de las ganancias de mañana ni del próximo giro de la política monetaria. Depende únicamente de la persistencia de la duda humana. Y la duda, como muestra la historia, nunca pasa de moda", sentencia.



