La nueva estrella cuántica: sube un 400% en un año y aspira a ser la próxima Nvidia
¿Qué tienen en común Nvidia y una prometedora empresa de computación cuántica llamada IonQ? Aparentemente poco, salvo por una ambición compartida: dominar el futuro tecnológico.

Según Tirthankar Chakraborty, analista de Zacks Research, existen razones para pensar que IonQ podría convertirse en la "Nvidia cuántica", aunque todavía juegue en una liga mucho más especulativa.
Algo que desde la propia empresa tienen claro. Así, su director ejecutivo, Niccolo de Masi, asegura que no hay duda de que IonQ será una acción tipo Nvidia. "Siempre nos han copiado y seguido”. Una afirmación audaz que ha encendido la imaginación de los inversores... y la volatilidad del mercado.
EL ENIGMA DE LA TECNOLOGÍA Y SU VENTAJA TÉCNICA
IonQ no es una promesa vacía. La compañía ha logrado lo que otros aún persiguen: superar los 100 cúbits con menor tasa de error gracias a su arquitectura de cadenas lineales de iones. Esta innovación no solo la diferencia tecnológicamente, sino que la posiciona como proveedor para titanes como Microsoft y Amazon, que exploran sin cesar las sinergias entre inteligencia artificial y computación cuántica.
“IonQ ha crecido gracias a una tecnología escalable y difícil de replicar. Es ahí donde su propuesta gana músculo”, subraya Chakraborty, quien otorga a la acción una calificación de "comprar".
Aun así, no todo es ciencia y progreso. A diferencia de Nvidia, que ya era rentable cuando se volcó en la inteligencia artificial, IonQ aún está lejos de ver beneficios en su cuenta de resultados.
UNA CARRERA CON PÉRDIDAS Y MUCHA FE
En el primer trimestre, IonQ reportó ingresos planos de 7,6 millones de dólares y una pérdida no-GAAP de 0,14 dólares por acción, levemente inferior a los 0,19 dólares del año anterior. El avance es real, pero modesto.
“El camino a la rentabilidad sigue siendo largo. Lo que mueve la acción es la narrativa, no los márgenes”, subraya Chakraborty, señalando que gran parte del rally bursátil, superior al 400% en un año, se basa más en expectativas que en fundamentales.
Algo a lo que ha contribuido el máximo dirigente del grupo tras sugerir que IonQ podría ser adquirida por “cientos de miles de millones de dólares”. Con una capitalización de apenas 9.668 millones, la afirmación parece más ciencia ficción que ciencia aplicada. Pero en los mercados, el relato a veces vale más que la contabilidad.
¿UNA NUEVA NVIDIA O UN ESPEJISMO DE ALTOS VUELOS?
Comparar a IonQ con Nvidia exige prudencia. La firma de Jensen Huang no solo conquistó el sector gaming antes de reinar en la inteligencia artificial; también lo hizo con márgenes sólidos y una expansión sostenida de clientes como Alphabet o Tesla. Hoy, con chips Blackwell y la plataforma CUDA, sigue reinando con fundamentos firmes.
IonQ, en cambio, opera en un terreno menos tangible. El mercado de la computación cuántica podría superar el billón de dólares en 2035 según McKinsey, pero su aplicación real sigue siendo un horizonte lejano.
“IonQ es una jugada para inversores con tolerancia al riesgo y una visión de muy largo plazo. No es una apuesta segura, pero sí puede ser una entrada temprana en una futura revolución”, aclara Chakraborty.
Aun así, hay números que seducen: desde 2021, IonQ ha crecido a una tasa media anual del 170% en ingresos, y para este año se espera una mejora del 69,9% en sus beneficios estimados. Es un ritmo que no se ve todos los días.
RECOMENDACIÓN: "COMPRAR" CON MATICES
Zacks recomienda "comprar", pero no sin matices. Es una compra para quienes entienden que detrás del potencial también hay fragilidad. IonQ no es la nueva Nvidia, al menos no todavía, pero podría ser una de las semillas más prometedoras del ecosistema cuántico.
Para quienes invierten no solo con Excel, sino también con imaginación estratégica, "IonQ representa una de esas raras oportunidades donde ciencia y especulación convergen". Su crecimiento exponencial, alianzas con gigantes tecnológicos y posición pionera en un mercado emergente la hacen difícil de ignorar.
“No se trata de si IonQ será el próximo gigante. Se trata de si estás dispuesto a estar ahí antes de que lo sea”, concluye Chakraborty.
CONCLUSIÓN: ¿LA APUESTA CUÁNTICA DEL SIGLO?
El mercado no siempre premia lo inmediato. A veces, la rentabilidad se esconde tras la niebla del tiempo. IonQ no es para todos, pero en un mundo que se encamina hacia el procesamiento cuántico como próximo salto tecnológico, ignorarla podría ser tan arriesgado como invertir sin visión.
Como en toda gran historia de Silicon Valley, el desenlace es incierto… pero el primer capítulo ya está escrito. Y parece sacado de un manual de disrupción.



