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02/06/2025 11:44:35

Julius Baer duda que los aranceles de Trump al acero "generen un cambio importante"

Los aranceles de Donald Trump continúan dando dolores de cabeza a los mercados. Este pasado viernes, el presidente de Estados anunció una subida de los aranceles al acero y al aluminio del 25% al 50% como guinda a la aprobación para la venta —o "asociación"— de US Steel a Nippon Steel. Algunas siderúrgicas están reaccionando abruptamente en bolsa a este anuncio, pero el banco suizo Julius Baer no cree que este anuncio cambie sustancialmente el panorama.

Julius Baer duda que los aranceles de Trump al acero generen un cambio importante

"Dudamos que los aranceles de Trump generen un cambio importante, ya que no se han anunciado compromisos por parte de los productores estadounidenses de aluminio para invertir en capacidad de fundición y refinación nacional. El impacto de los aranceles se sentirá principalmente a través de primas más altas en EEUU, que los usuarios nacionales deben pagar además de los precios de referencia internacionales", apunta Carsten Menke, director de investigación Next Generation de la entidad helvética.

Asimismo, este experto señala que las tarifas serán "aún más inflacionarias" en EEUU, elevando los precios de productos como automóviles y latas, y deflacionarias en el extranjero, ya que los exportadores tendrán que encontrar nuevos compradores fuera del mercado estadounidense para compensar la caída de sus ventas en dicha geografía.

El anuncio de Trump llega después de que un tribunal de apelaciones reinstaurase "temporalmente" los aranceles tras el fallo del Tribunal de Comercio Internacional de Estados Unidos, que los consideró "ilegales". Entonces, numerosos expertos avisaban que la decisión no solo no era definitiva, sino que Trump tenía más medios para imponer tarifas a distintos productos que, según Reuters, ya le han costado unos 34.000 millones de dólares a las empresas.

Según Julius Baer, los aranceles al acero y al aluminio están ligados a preocupaciones de seguridad nacional bajo la Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial de 1962 (Trade Expansion Act) y, por lo tanto, no se vieron afectados por el fallo judicial. Este artículo autoriza al presidente de los Estados Unidos a ajustar las importaciones de bienes o materiales provenientes de otros países si la cantidad o las circunstancias que rodean dichas importaciones se consideran una amenaza para la seguridad nacional. Esto puede hacerse mediante aranceles u otros medios. El año pasado, la dependencia de EEUU de las importaciones fue del 45% para el aluminio y del 15% para el acero.

Menke recuerda que la ambición de Trump de "hacer grande de nuevo" a las industrias del aluminio y del acero se remonta a su primera presidencia, aunque con un éxito "muy limitado". "La producción de aluminio en EEUU ha descendido a niveles de los años 50, debido principalmente a los mayores costos energéticos, especialmente en comparación con Canadá. La industria estadounidense del aluminio está estrechamente vinculada a Canadá, ya que el procesamiento en las etapas iniciales se ha trasladado al norte de la frontera durante las últimas décadas, mientras que el procesamiento en etapas posteriores ha permanecido en EEUU", explica.

La situación de la industria del acero es algo similar, aunque no tan marcada. Si bien la producción aumentó tras la primera presidencia de Trump, actualmente ha caído de forma significativa respecto a los niveles alcanzados en 2018 o 2019, recuerda el experto de Julius Baer.

"La utilización de la capacidad productiva sigue por debajo del 80%, umbral generalmente considerado como el punto de equilibrio de la industria. Para el acero, los aranceles también tendrán un efecto inflacionario en EEUU, afectando, por ejemplo, a la industria petrolera, que depende del acero para la perforación, lo que ampliará aún más la prima de precios con respecto al resto del mundo. El acero laminado en caliente de EEUU se cotiza actualmente con una prima de más del 20% sobre el precio en Europa", agrega este analista.

Finalmente, Menke señala que ni el mercado del aluminio ni el del acero están limitados por la oferta. Al contrario, los años de sobrecapacidad en China han dado lugar a un aumento de las exportaciones, a una competencia extrema en los mercados internacionales y, en última instancia, a los aranceles bajo la Sección 232.

"En este contexto, esperamos que los precios del aluminio y del acero se mantengan estables o incluso bajen ligeramente en los próximos meses. Por último, también creemos que los aranceles más altos para el aluminio y el acero aumentan el riesgo de que se impongan aranceles de importación bajo la Sección 232 al cobre, cuya investigación aún está en curso", sentencia.


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