Esta tecnológica acelera en bolsa: ¿la gran alternativa al reinado de Nvidia?
Un mercado en plena revolución tecnológica y un viejo aspirante que empieza a reclamar su sitio. Esa podría ser la síntesis de la nueva apuesta de Wall Street por AMD, la compañía que durante años vivió a la sombra de Intel y Nvidia, y que hoy emerge con una fuerza inesperada.

Los expertos de Truist han elevado su recomendación hasta comprar desde mantener, y sitúan su precio objetivo en los 213 dólares por acción, lo que implica un potencial alcista superior al 30%.
“Los contactos en el sector muestran un interés real en desplegar AMD a gran escala”, asegura William Stein, analista de la firma, en un informe que ha sacudido a la comunidad inversora.
UN GIRO EN EL MERCADO DE LOS HIPERSCALERS
El detonante de este optimismo está en los hiperescaladores, esos gigantes de la nube que mueven el pulso del sector tecnológico global. Amazon, Microsoft o Google marcan las reglas del juego, y hasta hace poco miraban a Nvidia como socio casi exclusivo para sus chips de inteligencia artificial. Ahora, el viento cambia de dirección.
“Los hiperescaladores empiezan a relacionarse con AMD como un verdadero socio, no como un actor secundario”, explica Stein. El matiz es clave: pasar de ser una alternativa de bajo coste a un aliado estratégico significa entrar en la sala de decisiones donde se definen los próximos estándares de la industria.
DE LA SOMBRA A LA LUZ
La transformación de AMD es todavía más llamativa si se recuerda de dónde viene. Hasta 2018, la empresa apenas tenía un 1% de cuota en el mercado de CPUs para centros de datos. Intel dominaba con mano de hierro, y AMD era poco más que un invitado incómodo en la fiesta. Pero el tropiezo de Intel en procesos de fabricación abrió una grieta que la firma de Lisa Su no dudó en aprovechar.
“Cuando Intel tropezó en diseño y producción, los clientes empezaron a mirar a AMD con otra actitud”, recuerda Stein. “Si cumplía ciertos requisitos esenciales, se le abriría una cuota estructuralmente mayor”. Y eso es exactamente lo que ha ocurrido.
En lo que va de 2025, las acciones de AMD acumulan una subida superior al 35%. El empuje no parece casual ni pasajero: la compañía ya no es la eterna aspirante, sino una contendiente con cartas ganadoras en CPU y GPU para centros de datos.
EL FACTOR NARRATIVA EN WALL STREET
Las recomendaciones de los analistas tienen tanto de análisis técnico como de relato. Y el relato actual favorece a AMD. En un año en el que la inteligencia artificial ha pasado de promesa a imperativo competitivo, la posibilidad de que exista un contrapeso real al dominio de Nvidia resulta atractiva.
“El mercado había castigado a AMD por ser simplemente 'la otra opción', pero eso ya no encaja con la realidad”, sentencia Stein. Los inversores buscan historias convincentes, y la de AMD suena cada vez más como la de un retorno inesperado que podría dar grandes alegrías.
Los datos lo confirman: de los 53 analistas que cubren la acción, 36 recomiendan comprar o sobreponderar, según LSEG. Y el nuevo precio objetivo de Truist refuerza la sensación de que aún hay gasolina en el depósito.
RIESGOS Y OPORTUNIDADES
Claro que no todo es un camino despejado. El sector de los semiconductores es uno de los más volátiles y competitivos del mercado. Cualquier retraso en la hoja de ruta de producto o una nueva ofensiva de Nvidia podría enfriar el entusiasmo.
Sin embargo, la tesis de Stein se apoya en una observación clave: la ventana de oportunidad ya se ha abierto, y los clientes de mayor calibre parecen dispuestos a darle a AMD un asiento estable en la mesa.
CONCLUSIÓN: EL NUEVO JUEGO DE PODER
AMD no es ya la comparsa de la industria. Es la invitada inesperada que, tras años de discreción, reclama ahora protagonismo en el escenario principal. Los analistas ven en ella no solo una alternativa, sino una apuesta con potencial de crecimiento estructural.
La recomendación de Truist actúa como un altavoz que amplifica una tendencia latente: la confianza de los hiperescaladores en que AMD puede ser parte esencial del futuro de la inteligencia artificial. En un tablero dominado por gigantes, que exista un nuevo contrincante con cartas serias no es solo una buena noticia para los inversores, sino para el propio equilibrio del mercado.
En definitiva, Wall Street se pregunta: ¿es AMD el nuevo motor que desafiará la hegemonía de Nvidia? Quizás la respuesta se esconda en la misma metáfora que inspira a los mercados: los chips no solo calculan, también reescriben el futuro.



