El precio de la vivienda alcanza ritmos de crecimiento no vistos desde 2007
La combinación de una demanda sólida que no deja de crecer, unas condiciones hipotecarias más favorables y una oferta muy limitada son los factores que han impulsado el precio de la vivienda en el tercer trimestre, que alcanza ritmos de crecimiento no vistos desde 2007.

El Índice de Precios (IPV) correspondiente al tercer trimestre de 2025, publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), refleja una variación trimestral del 2,9% y un incremento anual del 12,8%.
Como señala María Matos, directora de Estudios de Fotocasa, "la senda de recortes de tipos de interés iniciada por el Banco Central Europeo (BCE) en junio de 2024, hasta situarse en el 2% en septiembre de 2025, marca un cambio de rumbo en la política monetaria. El descenso del euríbor y la mejora de las condiciones de financiación han devuelto al mercado a un 21% de compradores que habían quedado fuera. Ahora, en muchos casos, resulta más barato comprar que alquilar. Esta situación representa una oportunidad para quienes llevaban tiempo esperando un entorno más propicio y volverán con fuerza al mercado".
Añade que, "precisamente la demanda de compra continúa siendo muy alta y responde a múltiples motivos. Tras la pandemia, muchos ciudadanos siguen viendo la compra de vivienda como una forma de ganar calidad de vida, a lo que se suman fenómenos estructurales como el aumento de los flujos migratorios y el auge de los hogares unipersonales, que generan una necesidad de al menos 100.000 hogares más de los que se construyen anualmente".
En su opinión, "el problema radica en la limitada oferta de viviendas disponibles. En las zonas de mayor demanda, la capacidad habitacional de España está bajo presión. Se estima que cada año se necesitan más de 200.000 viviendas para satisfacer la creación de nuevos hogares, pero el sector inmobiliario solo produce unas 100.000 unidades nuevas".
"Esta brecha entre la oferta y la demanda sigue aumentando, y actualmente la oferta limitada no es capaz de cubrir la elevada demanda, lo que está generando una fuerte tensión en los precios. Además, del lado de la oferta, se observa cómo el volumen de viviendas disponibles va menguando año tras año. Hay que tener en cuenta que el mercado ha atravesado cuatro años consecutivos de boom de compraventas y que por lo tanto el número de viviendas a la venta no crece al mismo ritmo que la demanda. Esto refuerza las tensiones entre oferta y demanda, lo que dificulta una estabilización del precio", dice.
Sobre sus pronósticos de lo que resta de año, considera que la mejora de las condiciones de financiación está teniendo un impacto directo y visible en el mercado inmobiliario.
"Este fenómeno, sumado al efecto de políticas incentivadoras como los avales ICO y a la vivienda como valor refugio en un contexto geopolítico inestable, está sobredimensionando la demanda y ejerciendo una presión creciente sobre una oferta muy limitada. Con este escenario, la previsión es clara: los precios de la vivienda seguirán escalando a cierre de 2025, con aumentos más intensos en las grandes capitales y zonas costeras, donde la tensión entre oferta y demanda es más acusada", apunta.
"Ahora bien, esta mayor accesibilidad hipotecaria no garantiza una mejora real en la capacidad de compra de los ciudadanos. El encarecimiento de la vivienda, que ya supera el 10% interanual, neutraliza en gran medida el efecto de unas hipotecas más baratas. La combinación de alta demanda y escasez de producto disponible mantendrá la presión en máximos, dejando fuera del mercado a una parte importante de la demanda insatisfecha", afirma.
Por tanto, "aunque el contexto financiero mejora, encontrar la vivienda ideal seguirá siendo un reto creciente en los próximos meses y no se prevé una moderación en el corto plazo", concluye.



