El dividendo pone en jaque el plan estratégico de Telefónica: "Añade bastante incertidumbre"
La de ayer fue una jornada para el olvido en Telefónica. En día en el que la teleco dio a conocer sus resultados hasta septiembre y, sobre todo, su nuevo Plan Estratégico 2026-2030, el mercado le dio la espalda: la compañía cerró con un desplome del 13%, su mayor caída desde el hundimiento tras el estallido de la pandemia de Covid-19. El diagnóstico de los analistas es claro: demasiadas malas noticias y un mensaje que "no cala en el mercado".

Precisamente ha sido la hoja de ruta para el próximo lustro lo que más escepticismo ha despertado. Bautizada como Transform & Grow (transformar y crecer), la compañía invertirá hasta 32.000 millones de euros con el foco en sus mercados principales (España, Reino Unido, Alemania, Brasil) y en seis pilares estratégicos, entre los que destaca la simplificación del modelo operativo, así como una clara apuesta por la eficiencia de sus operaciones y en la inteligencia artificial (IA). Pero no ha sido eso lo que más ha preocupado a los analistas.
Para encontrar los motivos que han despertado el escepticismo de los expertos hay que mirar a las previsiones de la compañía, construidas en base a dos horizontes temporales y que algunos califican de "poco ambiciosas". Tampoco entusiasma la baja expectativa de oportunidades de consolidación, aunque la compañía se haya mostrado abierta a aprovechar "posibles oportunidades que se presenten". No obstante, el gran lunar de este plan es un recorte al dividendo que preocupa más por lo que calla que por lo que dice.
DIVIDENDO A LA BAJA
Como parte de su nuevo plan estratégico, Telefónica anunció un significativo recorte del dividendo a futuro. Si bien mantendrá en 0,3 euros la retribución al accionista este año, con sendos pagos en diciembre de 2025 y en junio de 2026, será a partir del año próximo cuando el dividendo de Telefónica pase a ser, como poco, de la mitad.
Así lo ha indicado la propia compañía, que reducirá hasta los 0,15 euros el dividendo a cuenta del ejercicio fiscal 2026, que será pagadero en junio. Además, el objetivo de remuneración estará vinculado al flujo de caja libre (FCF) en los años 2027 y 2028. En concreto, la empresa planea destinar entre el 40% y el 60% de FCF al pago de dividendos, que también se realizarán en junio del año siguiente.
En concreto, la firma estima que generará 2.900-3.000 millones de euros en 2026 y alcanzará un crecimiento anual medio del 3%-5% hasta 2028. El consenso sitúa esta cifra en 2.626 millones para 2026 y 2.856 millones para 2027.
"La política de dividendos será el resultado del flujo de caja libre de Telefónica, tras invertir en el futuro y mantener un nivel adecuado de apalancamiento financiero", explicó el presidente ejecutivo, Marc Murtra, durante la presentación de esta hoja de ruta.
Por su parte, directora financiera, Laura Abasolo, indicó en el Capital Markets Day celebrado ayer que esta modificación responde a la necesidad de la empresa de "invertir en crecimiento, reducir apalancamiento y proteger nuestra calificación crediticia, no tiene nada que ver con fusiones y adquisiciones" y que, en cualquier caso, está completamente al margen de la estrategia de consolidación del grupo.
Así, estos recortes implican que, como poco, la compañía se ahorrará unos 850 millones de euros solo en 2026, cantidad que solo crecerá en los años posteriores con los sucesivos recortes que se vayan aprobando año a año. No obstante, firmas como Deutsche Bank restan importancia a la cifra, ya que "la clave está en dónde invertirán este capital, ya que cualquier ahorro en el balance sin una buena operación de mercado es negativo".
De hecho, Bankinter advierte que el plan de Telefónica "prevé un aumento de deuda frente a una disminución anterior", en un momento en el que la calificación de grado de inversión de Telefónica pende de un hilo. "Para cumplir sus posibles objetivos, Telefónica ha de fortalecer su balance, liberar FCF para inversiones y mantener la disciplina financiera para evitar una rebaja de su rating crediticio", apunta la firma española.
Por su parte, Javier Molina, estratega de eToro, cree que la hoja de ruta proporcionada por Telefónica es "ambiciosa sobre el papel", pero no tiene "catalizadores claros a corto plazo" en un momento "en el que el mercado exige visibilidad y ejecución más que proyecciones a largo plazo". "El mercado, mientras tanto, reacciona con el mismo escepticismo con el que ha recibido otros relatos de transformación en el sector", agrega.
Si bien Marc Murtra, presidente ejecutivo de la compañía, asegura que este plan cuenta con el apoyo "unánime" de los accionistas de referencia del grupo –la SEPI, la saudí STC, BlackRock, CriteriaCaixaBBVA…–, los analistas no se muestran tan convencidos… precisamente por lo establecido por la propia Telefónica.
PROMESAS INCUMPLIDAS
Y es que a los expertos les preocupa la vinculación de las futuras retribuciones al accionista al flujo de caja libre. El motivo, explican, es bastante sencillo: la compañía viene incumpliendo sus promesas a este respecto.
Así lo afirma Javier Cabrera, analista de XTB, que cree que la vinculación al FCF "añade bastante incertidumbre", pues Telefónica "no ha sido capaz de cumplir con sus objetivos de generación de caja anteriormente".
De hecho, la propia compañía ha recortado en esta presentación de resultados su objetivo de FCF para el actual ejercicio, reduciéndolo desde un nivel "similar a 2024" (2.634 millones de euros) a "alrededor de 1.900 millones de euros" debido a retrasos en la entrada de caja por impuestos reclamados, cambios en el perímetro, divisas y peor evolución del negocio en Alemania.
Por si fuera poco, Cabrera señala que el flujo de caja libre ha sufrido una caída del 68% interanual frente a los primeros nueve meses del 2024, dejándolo en 414 millones de euros, mientras que el FCF trimestral cae en casi un 85%. Firmas internacionales como JP Morgan también llaman la atención sobre estos aspectos, con el gigante bancario opinando que el objetivo implícito de FCF para 2028 de en torno a 3.200 millones de euros es "aproximadamente un 20% inferior a las estimaciones consensuadas".
Telefónica no ha sido capaz de cumplir con sus objetivos de generación de caja anteriormente
Por ello, Cabrera opina que los resultados de Telefónica "siguen reflejando un negocio muy débil en un sector con una alta competencia y que tiene pocos catalizadores en el corto plazo para remontar".
La tesis de Renta 4 Banco no difiere mucho de esta. Según Iván San Félix, analista de la entidad española, el recorte de dividendo propuesto por Telefónica es "superior a lo previsto" por el mercado. "Para 2027 (a pagar en junio 2028), teniendo en cuenta el punto medio del FCF de 2026 y el crecimiento medio para 2027 y un 50% de payout (también punto medio), el dividendo se situaría en 0,27 euros, levemente inferior al actual", detalla este experto.
De hecho, el recorte a 0,15 euros deja la rentabilidad por dividendo en un nivel cercano al 4%, lo que la sitúa en línea o por debajo de la media del sector en Europa (4,9%) y de importantes competidores como Orange (5,4%), como recuerda Bankinter. De hecho, supondría un recorte de casi tres puntos porcentuales (6,8%) para una acción que ha compensado con dividendos la deficiente evolución en bolsa.
Pese a ello, Cabrera opina que el recorte del dividendo "era necesario", ya que "permitirá a Telefónica tomar decisiones menos enfocadas en el corto plazo" y "liberarse de una carga importante para usar el endeudamiento para desarrollar negocio". "Actualmente el payout (porcentaje del beneficio que destina a dividendos) de Telefónica se sitúa en más del 100% y equivale al 15% de su flujo de caja antes de inversiones", añaden los analistas de Bankinter.
¿Y LA CONSOLIDACIÓN?
Otro de los puntos que más preocupa a los estrategas es la poca visibilidad en materia de consolidación. Pese a no abordarla directamente, el plan estratégico sí hace mención a una "eventual consolidación en sus mercados core (principales)", que podría generar sinergias por valor de entre 18.000 y 22.000 millones de euros.
Esta cuestión copó gran parte de las preguntas de los analistas durante la presentación del plan estratégico, en donde Murtra afirmó que hay un "gran potencial", pero también "mucha incertidumbre", y reconoció que se han mantenido "conversaciones continuas" en sus mercados principales a este respecto. De hecho, el presidente ejecutivo no cerró la puerta a una posible ampliación de capital para llevar a cabo una operación de este estilo.
"Si tuviéramos por delante una operación importante de fusión y adquisición, buscaríamos maneras de acometer esa operación y una manera de financiar una operación de esa naturaleza sería a través de una ampliación de capital, pero no como parte de business as usual", afirmó Murtra, que también consideró el gran valor que se puede obtener en mercados como Reino Unido si las condiciones –sinergias de costes y redes, términos en cuanto a precio y remedies apropiados– son los adecuados.
De hecho, Murtra insistió en la idea de consolidación en el sector europeo de las telecomunicaciones como forma de dar una respuesta coordinada al dominio tecnológico de China y Estados Unidos. "La realidad es que el mal desempeño de Telefónica no se achaca únicamente a la empresa en sí, sino al contexto teleco europeo", explica Javier Cabrera.
En este sentido, un reciente informe de la consultora estratégica Oliver Wyman apunta precisamente en esta dirección. La firma estadounidense advierte sobre el "cambio radical" que se viene en la industria de las telecomunicaciones europea, ya que el sector "se prepara para la mayor ola de fusiones y adquisiciones en décadas", debido a las necesidades de escalar y competir con los grandes gigantes internacionales.
Sin ir más lejos, frente a la concentración en tres grandes operadores de Estados Unidos, el panorama europeo se encuentra "altamente fragmentado", con más de tres docenas de grandes operadores compitiendo por los clientes. Esto, claro, tiene su repercusión en las cifras de la compañía: un operador de telecomunicaciones de la Unión Europea da servicio de media únicamente a 5 millones de suscriptores, frente a los 107 millones de suscriptores que atiende el operador estadounidense, de media, o los 467 millones del operador chino promedio.
Estas diferencias también resultan evidentes al comparar los niveles de inversión entre regiones, donde "resulta evidente" que Europa "está rezagada". Sin ir más lejos, el gasto de capital per cápita es de 109 euros en Europa, frente a los 174 euros de EEUU. Además, el ingreso medio por usuario generado mensualmente por los servicios de conectividad fija y móvil en Europa es de 23 euros y 15 euros, respectivamente, en comparación con los 59 y 43 euros que ingresa una operadora en EEUU.
"La brecha de inversión y de ingresos per cápita revela un sector europeo menos equipado para afrontar los retos tecnológicos que permitan una mayor competitividad futura. Mediante la consolidación, los operadores europeos pueden asegurar la escala y el capital necesarios para mantener y potenciar las inversiones en infraestructuras de nueva generación y servicios de alta calidad frente a gigantes internacionales", señala Oliver Wyman.
Asimismo, la consultora establece cinco tipos de operaciones que se podrían ver en el mercado: consolidación en mercados nacionales en tres o cuatro operadores dominantes; reequilibrio de porfolios (desinversión en activos no estratégicos, por ejemplo); la ya mencionada transformación transfronteriza; la consolidación de infraestructuras; y motores de crecimiento "cerca del core" del negocio (nube, IoT, ciberseguridad…). Además, pese a que el entorno regulatorio europeo ha sido históricamente restrictivo para la consolidación sectorial, los informes de Mario Draghi y Enrico Letta están favoreciendo una flexibilización de las normas para llevar a cabo estas operaciones.
"Las autoridades europeas no se sienten cómodas con tener todos los centros de datos en manos de tres hiperescaladores estadounidenses y nosotros decimos que las operadoras de telecomunicaciones podrían ser de ayuda en este sentido, pero sólo como parte de una consolidación", explicó Murtra durante la presentación del nuevo plan estratégico de Telefónica. Ahora solo queda ver cuál será el papel que jugará Telefónica y cómo lo juzgará el mercado.



