Buy American, Hire American: la ofensiva de Trump sobre las visas H-1B amenaza la competitividad de EEUU
La decisión de la Administración Trump de imponer una tasa de 100.000 dólares a los nuevos solicitantes de visados H-1B, anunciada este pasado viernes, supone un endurecimiento sin precedentes de las medidas que impactan directamente en la inmigración de alta cualificación en Estados Unidos. Según un informe de Jefferies, la iniciativa, que multiplica entre 20 y 50 veces el coste anterior, representa una victoria para el ala populista del Partido Republicano, pero también entraña un riesgo estructural para la competitividad de la economía estadounidense.

La Casa Blanca ha anunciado que no se permitirá la entrada de nuevos trabajadores H-1B en ocupaciones especializadas a menos que su empleador abone una tasa de 100.000 dólares por solicitud. El Departamento de Seguridad Nacional rechazará durante 12 meses, a partir del 21 de septiembre de 2025, las peticiones que no incluyan ese pago, y el Departamento de Estado emitirá directrices para impedir el uso indebido de visados B con fechas de inicio laboral previas al 1 de octubre de 2026.
Jefferies vincula la decisión con la filosofía Buy American, Hire American (Compra estadounidense, contrata estadounidense), que ya marcó el primer mandato de Donald Trump y redujo drásticamente el número de patrocinios H-1B. Esta política, orientada a proteger el mercado laboral nacional, ha incrementado los costes y la incertidumbre para las empresas dependientes de talento extranjero, especialmente en los sectores tecnológico y de consultoría.
"El cambio confirma una alineación duradera hacia el proteccionismo laboral, en un contexto de escepticismo público hacia la inmigración de alta cualificación, pese a las demandas del sector privado por mantener abiertos los flujos de talento global", señala la firma de expertos.
El Secretario de Trabajo de EEUU iniciará un proceso normativo para elevar los salarios prevalecientes de los trabajadores H-1B, mientras que Seguridad Nacional dará prioridad a la admisión de talento extranjero altamente cualificado y con salarios altos. La Casa Blanca aclaró que la tasa de 100.000 dólares se aplica solo a nuevos solicitantes desde el extranjero, y no afecta a titulares actuales de H-1B ni a peticiones previamente aprobadas.
IMPACTO EMPRESARIAL
El golpe más fuerte de esta medida recaería en las grandes firmas tecnológicas y de consultoría extranjeras con operaciones en EEUU, que son las que más dependen del H-1B. Más del 80% de los beneficiarios del programa proceden de India (72%) y China (12%), y las 15 principales compañías patrocinadoras —en su mayoría con sede fuera de EEUU— tramitaron en conjunto más de 50.000 visados H-1B el año pasado.
"Estas empresas podrían sufrir presiones inmediatas sobre márgenes y acelerar la deslocalización de personal o el traslado de operaciones a otras jurisdicciones", afirma Jefferies.
Por el contrario, las grandes tecnológicas estadounidenses emplean a menos trabajadores con H-1B en proporción, y además pueden beneficiarse de los aumentos de productividad vinculados a la inteligencia artificial, por lo que el impacto directo sobre sus costes laborales y márgenes sería más moderado, comentan estos expertos.
RIESGOS A MEDIO PLAZO
A medio plazo, la política podría minar la dinámica económica de EEUU al desincentivar tanto la oferta como la demanda laboral de los estudiantes internacionales. Actualmente, un 36% de los titulados de máster y un 46% de doctorado en EEUU no son ciudadanos ni residentes. Además, los estudiantes internacionales sostienen más de 378.000 empleos en el país y han cofundado más de la mitad de los unicornios estadounidenses.
"Una política H-1B restrictiva y con incertidumbre podría frenar las matriculaciones internacionales futuras, reduciendo el pool de talento y limitando la creación de empleo en sectores de educación superior e innovación. El efecto acumulado sería un declive estructural de la competitividad estadounidense, especialmente en áreas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas)".
IMPLICACIONES PARA LA INVERSIÓN
Las nuevas restricciones al H-1B marcan un cambio inmediato y de medio plazo en la dinámica de costes laborales y disponibilidad de talento. En el corto plazo, Jefferries recalca que las grandes tecnológicas y consultoras extranjeras con fuerte exposición a EEUU enfrentarán mayores costes y presión sobre márgenes, mientras que las estadounidenses estarán menos afectadas por su menor dependencia del visado y sus ganancias de productividad.
A medio plazo, el proteccionismo laboral —también en empleos de baja cualificación— podría ralentizar la llegada de talento, desalentar a estudiantes internacionales y reducir el tamaño del mercado laboral altamente cualificado, con un impacto negativo en la innovación y la competitividad.



