El BCE no vio "presión inmediata" para modificar los tipos en septiembre, según las actas
El Banco Central Europeo (BCE) consideró que "no existía presión inmediata" para modificar los tipos de interés oficiales en la reunión de septiembre, dado que "las perspectivas de inflación seguían siendo favorables y que la economía nacional se mantenía resiliente, con los riesgos para el crecimiento económico ahora más equilibrados", según recogen las actas publicadas por el organismo.

"Si bien un nuevo recorte de tipos en los próximos meses protegería mejor el objetivo de inflación, tanto en el escenario base como en una variedad de escenarios adversos, la materialización de riesgos al alza justificaría, en cambio, mantener el nivel actual del tipo de interés oficial", apunta el documento.
En su último encuentro, el BCE decidió volver a dejar los tipos de interés sin cambios, en el 2%. Cabe destacar que, tras siete recortes consecutivos, ocho en todo el ciclo, esta fue la segunda vez desde julio de 2024 que el organismo no bajaba los tipos de interés.
Ahora, las actas de esa reunión reflejan que todos los miembros apoyaron esa decisión al creer que "mantener los tipos de interés oficiales en sus niveles actuales permitiría más tiempo para evaluar los efectos de los aranceles, las incertidumbres persistentes y los demás factores de riesgo que el Consejo de Gobierno había analizado, incluso si estos riesgos no desaparecieran por completo".
El comunicado del BCE apunta que el entorno seguía siendo "más incierto de lo habitual, especialmente debido a la aún volátil situación de la política comercial mundial, pero también a los acontecimientos geopolíticos". Una incertidumbre que también podría justificar el mantenimiento de los tipos de interés.
"En particular, era probable que la situación actual cambiara sustancialmente en algún momento, pero actualmente era difícil saber cuándo y en qué dirección", señala el texto.
Sobre las futuras decisiones sobre los tipos de interés, el organismo reitera que "seguirán basándose en su evaluación de las perspectivas de inflación y los riesgos que la rodean, a la luz de los nuevos datos económicos y financieros, así como de la dinámica de la inflación subyacente y la solidez de la transmisión de la política monetaria".
El Consejo de Gobierno también repite que seguirá aplicando un enfoque basado en los datos y reunión por reunión para determinar la orientación adecuada de la política monetaria, sin comprometerse previamente con una trayectoria de tipos de interés específica.
"Ante las perspectivas de inflación más inciertas de lo habitual y el riesgo de fuertes shocks de inflación y crecimiento en ambas direcciones, era importante que el Consejo de Gobierno mantuviera plena flexibilidad para futuras reuniones y reaccionara con rapidez ante grandes shocks en caso necesario. La comunicación debía mantener un tono prudente y neutral, sin comprometerse con las futuras decisiones sobre los tipos de interés", indican las actas.
LA MEJOR OPCIÓN PARA AFRONTAR LA INCERTIDUMBRE
Los analistas de ING comentan que, "aunque el famoso buen lugar solo se menciona dos veces en las actas, es evidente que el BCE adoptó una postura política sin cambios como la mejor opción para afrontar la incertidumbre".
Su escenario base prevé que el BCE se mantendrá en suspenso durante los próximos dos años, pero "el listón para un nuevo recorte de tipos sigue siendo alto", matizan.
"De hecho, el BCE se siente actualmente muy cómodo en lo que denomina una buena situación. Dado que las propias proyecciones prevén un crecimiento de la economía de la eurozona ligeramente superior al 1% anual y una inflación que se estabilizará en el 2% durante los próximos años, existen muy pocos motivos para modificar su política monetaria", afirman.
No obstante, consideran que aún existen argumentos moderados válidos que podrían obligar al banco central a recortar aún más los tipos de interés en los próximos meses: "Basta con pensar en el impacto adverso retardado de los aranceles estadounidenses, la apreciación del euro, la política francesa o un retraso en el estímulo fiscal alemán. Si alguno de estos riesgos a la baja se materializa, podríamos ver al BCE implementando uno o dos recortes de tipos más. De lo contrario, y este es nuestro escenario base, los tipos de interés se mantendrán sin cambios durante los próximos dos años".



