Bankinter niega una burbuja en la IA y ve las caídas de las bolsas como una corrección saludable
Bankinter se muestra tajante al afirmar que no hay burbuja en la inteligencia artificial (IA). Desde el banco consideran que las subidas en las compañías tecnológicas están justificadas por sus resultados y sus expectativas de ganancias gracias al boom de la IA, y ven en los recortes puntuales y bruscos que se están viendo en las bolsas una corrección saludable.

En declaraciones a Capital Radio, los expertos de banco reconocen que, tal vez, la subida de los índices y de las grandes tecnológicas ha sido muy rápida y vertical, pero insisten en que está justificada y en que estas correcciones deben interpretarse como un ajuste sano.
Los inversores están cautelosos —y considerablemente nerviosos—, a la espera de los resultados que el gigante tecnológico Nvidia publica mañana miércoles, al cierre de Wall Street, y que se espera que, en cierta medida, despejen algunas de las dudas que se están generando en torno a la IA. Los analistas prevén otro trimestre sólido. El fuerte gasto en la nube de gigantes como Microsoft y Amazon, junto con la creciente inversión de startups de IA como CoreWeave, sigue impulsando pedidos récord.
ELEVAR EXPOSICIÓN A BOLSA
En su informe de estrategia inversora para el cuarto trimestre, que Bankinter publicó el pasado 23 de septiembre, la entidad aconsejaba elevar la exposición a bolsa y aducía varias razones para ello. La primera tenía que ver con el comportamiento del mercado durante el verano. Bankinter destacaba que, a diferencia de los veranos de 2023 y 2024, no se produjo ninguna corrección relevante y que la resistencia mostrada por las bolsas fue notable, con tomas de beneficios muy limitadas. El FOMO —el miedo a quedarse fuera— se impuso y el coste de oportunidad de no estar invertido resultó demasiado elevado para la mayoría de los inversores, a pesar de que los riesgos seguían presentes.
La segunda razón era la solidez de los beneficios empresariales. Los analistas señalaban que el riesgo de revisiones a la baja parecía desactivado: los resultados trimestrales y las guías corporativas seguían siendo, en conjunto, buenas o al menos razonables, incluso en sectores sensibles a los aranceles o a la desaceleración de la economía estadounidense. En tecnología, además, la expectativa de tipos bajos favorecía la reactivación de operaciones corporativas, un rasgo típico de la fase madura de un ciclo expansivo.
Otro de los pilares de su estrategia era la actuación de la Reserva Federal (Fed). Bankinter recordaba que la institución ya había comenzado a bajar tipos y pronosticaba nuevos recortes, especialmente cuando expire el mandato de Jerome Powell en mayo de 2026.
Bankinter también subrayaba que la prima de riesgo geoestratégica parecía haber desaparecido del radar del mercado pese a que los riesgos no solo no habían disminuido, sino aumentado. Aun así, los inversores asumían que estos conflictos —desde Rusia y su estrategia de 'zona gris' hasta las tensiones en Oriente Medio— no se materializarían de forma abierta y grave. El mercado descontaba impactos limitados, aunque no hubiera garantías de ello.
La entidad añadía otra razón clave: el creciente “gigantismo” de los bancos centrales. Estos organismos se habían convertido en árbitros del mercado de bonos, empleando sus balances para evitar tensiones en las TIR y sostener las nuevas emisiones, lo que también contribuía a mantener la estabilidad en las bolsas.
Por último, Bankinter apuntaba que las valoraciones bursátiles, ajustadas ya con los beneficios estimados para 2026 y una prima de riesgo menos exigente, ofrecían potenciales de revalorización suficientes. El BPA estimado para Estados Unidos en 2026 (+12,6%) superaba al de Europa (+9,8%), lo que llevaba a la entidad a reiterar su preferencia por la bolsa estadounidense y, dentro de ella, por la tecnología, cuyo BPA previsto (+17,6%) seguiría creciendo por encima del índice general. Con estos parámetros, Bankinter calculaba un potencial del +16,5% para la bolsa de EEUU a cierre de 2026, frente al +11,6% en Europa. Además, mantenía su apuesta por Tecnología, Semiconductores, Defensa y Ciberseguridad, y en bancos seguía priorizando Europa frente a Estados Unidos, con un enfoque más selectivo en este último mercado.



