De Ucrania al Nasdaq: las acciones que capitalizan el nuevo orden militar
¿Cómo se libra una guerra en 2025? No con tanques, ni siquiera con soldados. Se libra con enjambres de drones, algoritmos invisibles y sistemas autónomos que deciden en milisegundos.

Pero mientras los generales diseñan estrategias, hay otro frente de batalla donde también se juega el futuro: los mercados bursátiles.
Y allí, una nueva generación de empresas de defensa tecnológica está tomando la delantera, desafiando a los titanes del sector armamentístico tradicional.
DE UCRANIA A WALL STREET: EL EFECTO SPIDERWEB
Todo comenzó con una operación secreta de nombre cinematográfico: Spiderweb. Ocho meses de planificación y un golpe quirúrgico: Ucrania logró infiltrar drones armados en territorio ruso y atacar cinco bases aéreas. El mensaje fue claro: ya no hacen falta misiles millonarios para causar un impacto devastador.
“La operación Spiderweb ha sido un antes y un después. Es una demostración brutal del poder de la tecnología de bajo coste en el campo de batalla”, subraya Andre Madrid, analista de BTIG.
En este sentido, hace unas semanas, Donald Trump firmó una orden ejecutiva para incentivar la producción nacional de drones y reforzar el control sobre su uso en suelo estadounidense. Además, relanzó su ambicioso proyecto de escudo antimisiles: la Cúpula Dorada.
Así, todo apunta a que la guerra del futuro se luchará en el aire… y en las hojas de cálculo de los inversores.
DRONES, IA Y LAS NUEVAS MUNICIONES BURSÁTILES
En paralelo al despliegue militar, los fondos de inversión han empezado a moverse. Empresas como AeroVironment, Kratos Defense o Teledyne Technologies se han convertido en la nueva artillería del Nasdaq.
“El crecimiento en defensa ya no se mide por el tamaño del misil, sino por la inteligencia del software”, asegura Jonathan Siegmann, economista de Stifel.
Él mismo acaba de iniciar su cobertura sobre estas tres firmas con recomendaciones positivas, convencido de que “los múltiplos van a crecer rápidamente porque el mercado aún está empezando a valorar el potencial de estas tecnologías”.
De hecho, las acciones de AeroVironment acumulan un alza del 60% en lo que va de año, y los expertos aún ven recorrido: FactSet sitúa su precio objetivo medio en 266,8 dólares, frente a los 246 actuales y a los 275 asignados por Stifel.
KRATOS, KARMAN Y LA CARRERA DE LOS NUEVOS CONTRATISTAS
Si hay una empresa que está robando protagonismo en el radar inversor, esa es Kratos Defense. Con una subida anual del 69%, esta firma especializada en sistemas autónomos ha recibido el respaldo de Goldman Sachs, que le otorga un precio objetivo de 52 dólares, un 16% por encima de su último cierre.
“Kratos está construyendo soluciones para el campo de batalla a partir de tecnología comercial. Ofrecen capacidades similares a una fracción del coste”, explican desde el banco norteamericano.
Stifel también ha elevado su previsión sobre Kratos hasta los 54 dólares, destacando su colaboración con Rafael Advanced Defense Systems a través del proyecto Prometheus, cuya tecnología fue clave en el reciente conflicto entre Israel e Irán.
Karman Holdings, menos mediática, también entra en juego. RBC Capital ha incrementado su precio objetivo de 44 a 50 dólares. Aunque sus cifras aún están lejos de los focos, su exposición a segmentos como el espacio, los misiles y la IA la convierte en una “apuesta a largo plazo”, según el analista Ken Herbert.
LA NUEVA FRONTERA DE LA INVERSIÓN MILITAR
Lo más relevante no es solo el presente, sino lo que viene. Según datos de PitchBook, más de 400 empresas de defensa tecnológica han captado financiación este año. Anduril Industries, una de las más destacadas, duplicó su valoración hasta los 8.500 millones de dólares.
Y las palancas del crecimiento no se frenan. El reciente acuerdo de los países de la OTAN para dedicar al menos el 5% del PIB a defensa es solo la punta del iceberg. “Estamos en el inicio de un cambio estructural. Hay consenso político en que el sector necesita transformarse si realmente queremos disuadir a China”, sentencian desde Stifel.
CONCLUSIÓN: EL SONIDO DEL FUTURO ES EL ZUMBIDO DE UN DRON
La guerra, dicen, es una constante evolución. Hoy esa evolución pasa por la nube, por algoritmos que detectan amenazas en tiempo real, y por drones que atraviesan fronteras sin ser detectados. Pero también pasa por las bolsas.
Las viejas armas siguen ahí, pero el dinero ya ha elegido nuevo bando: el de la tecnología inteligente, versátil y escalable. Y como toda revolución, esta no vendrá sin turbulencias... pero tampoco sin oportunidades.
¿La próxima gran batalla? No será en tierra ni en mar, sino en los gráficos de cotización. Y quienes sepan leerlos, pueden salir muy bien armados.



