"Razones de peso para creer que el mercado se encamina hacia una ola bajista"
Hay cifras que impresionan y otras que asustan. Cuando la deuda de Estados Unidos supera los 36 billones de dólares y crece al doble de velocidad que su economía, no hablamos ya de una tendencia preocupante, sino de una bomba de relojería.

El mercado puede parecer optimista en la superficie, pero bajo ella hierve un caldo de cultivo inestable, plagado de riesgos que podrían desencadenar una nueva ola bajista. El analista Manuel Pinto ha trazado un mapa preciso de las amenazas que se ciernen sobre los mercados. Y la conclusión es clara: la deuda no duerme, y los inversores tampoco deberían hacerlo.
LA TRAMPA DE LA DEUDA: MÁS ALLÁ DE LA CONTABILIDAD
En un análisis demoledor, Pinto advierte de una paradoja letal: “La economía de EEUU crece al 2,9% anual, pero su deuda lo hace al 7,5%”. En otras palabras, la deuda pública avanza a paso de gigante mientras el crecimiento económico apenas trota. Desde el año 2000, el volumen total de deuda ha aumentado más de un 500%, pasando de 6 a más de 36 billones de dólares.
¿La solución? “Emitir más deuda para pagar la anterior”, sentencia el citado experto. Pero esta estrategia lleva implícita una verdad incómoda: cuanto mayor es el volumen de deuda, menor su productividad marginal. Cada nuevo billón aporta menos crecimiento real. Una espiral sin salida.
LOS COMPRADORES DESAPARECEN, LOS BANCOS TIEMBLAN
¿Quién comprará esa avalancha de nueva deuda? Pinto lo tiene claro: “Los inversores extranjeros se están retirando”. El relevo lo toman los bancos estadounidenses, obligados a llenar sus balances con bonos del Tesoro. Pero lejos de ser una solución sólida, esto los expone aún más. La subida de tipos ha provocado pérdidas no realizadas de más de 500.000 millones de dólares en estos activos.
El ejemplo más gráfico: Silicon Valley Bank. Su colapso en 2023 fue consecuencia directa de este desajuste. “Cuando los mercados perciben estas pérdidas, los depositantes corren a retirar su dinero”, recuerda Pinto. Y esa fragilidad persiste.
LAS STABLECOINS: ¿SALVACIÓN O PARCHE DIGITAL?
Un nuevo actor podría apuntalar la demanda de bonos: las stablecoins. Estos dólares digitales respaldados por bonos del Tesoro podrían generar una demanda adicional de hasta 2 billones de dólares, según el economista.
Pero este escenario implica, a su vez, un boom masivo en la capitalización de bitcoin, que debería escalar hasta los 18 o 20 billones. Algo posible, sí, pero lejos de estar garantizado.
“Al final, los tenedores de oro y bitcoin saldrán ganando frente a quienes sostienen la deuda”, vaticina Pinto. La inflación y la monetización de déficits podrían volver a coronar a estos activos como los auténticos refugios del sistema.
DIEZ RIESGOS, UNA MISMA DIRECCIÓN: LA BAJADA
Pinto no se anda con rodeos: el mercado se encamina hacia una segunda ola bajista, y enumera "diez razones de peso". Entre ellas: el encarecimiento de la deuda, la persistente incertidumbre por los aranceles, la caída de la confianza del consumidor, el estancamiento del turismo, el repunte de impagos en créditos estudiantiles, hipotecas y tarjetas, y los despidos derivados de recortes presupuestarios. “Los síntomas están por todas partes, solo falta que el mercado reaccione”, subraya.
El índice de volatilidad VIX, que el pasado 8 de abril cerró por encima de 50, suele anticipar subidas futuras. Pero esta vez, la reacción fue tan rápida (un vertiginoso rebote del S&P 500 en apenas cinco semanas) que se teme que el mercado haya gastado su cartucho alcista demasiado pronto.
JAPÓN Y LA SOMBRA DEL COLAPSO MONETARIO
Pinto lanza otra alerta inquietante desde Asia: “Si Japón se tambalea, los mercados globales lo sentirán”. El país enfrenta inflación galopante (el precio del arroz subió un 98% en abril), salarios reales en retroceso y una deuda pública que supera el 250% del PIB. La población activa se reduce drásticamente y el yen amenaza con desplomarse.
“El colapso del 'carry trade' del yen en agosto de 2024 fue solo el ensayo general”, avisa el experto. Y lo más preocupante: el destino de Japón podría ser el preludio de lo que se avecina para otras economías desarrolladas.
EUROPA EN TERRENO NEUTRO: DEFENSA Y UTILITIES COMO REFUGIO
¿Qué pasa a este lado del Atlántico? En Europa, Pinto apuesta por sectores defensivos, especialmente defensa (ante la posible aprobación de un gasto del 5% del PIB en la OTAN) y utilities, beneficiadas por sus dividendos y el carácter anticíclico.
No obstante, advierte: “Si los rendimientos de la deuda suben en EEUU, el contagio puede extenderse a Europa”. En ese caso, ni siquiera los sólidos dividendos bastarían para blindar las carteras.
CONCLUSIÓN: CUANDO LA DEUDA SE CONVIERTE EN DESTINO
Hay momentos en los que los mercados parecen jugar con fuego. Este es uno de ellos. El sistema se sostiene sobre una montaña de deuda que crece sin control, con compradores cada vez más renuentes, bancos expuestos y una política monetaria atrapada entre la inflación y la inestabilidad. Manuel Pinto ha trazado el mapa del peligro. Y no hay muchas salidas.
Quizá, como señala el propio analista, “la deuda no es solo un instrumento financiero; se ha convertido en el argumento principal del relato económico actual”. Y en esa historia, los finales felices escasean.



