ECOBOLSA - ¿Qué opinan los analistas de la tregua EEUU-China? "No es el final del partido, es el descanso"

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12/08/2025 10:45:25

¿Qué opinan los analistas de la tregua EEUU-China? "No es el final del partido, es el descanso"

Estados Unidos y China se han dado otros 90 días para ponerse de acuerdo. Este lunes, ambas potencias acordaron una extensión de la tregua comercial firmada en mayo para evitar que sus aranceles cruzados superen el 100%, fijando en el 10 de noviembre la fecha límite para alcanzar un pacto. El desenlace, aunque esperado por muchos, pone sobre la mesa las dificultades que están teniendo ambas naciones para firmar una paz (comercial) duradera.

¿Qué opinan los analistas de la tregua EEUU-China? No es el final del partido, es el descanso

Stephen Innes, socio gerente de SPI Asset Management, es bastante claro al respecto: "No es el final, simplemente hemos llegado al descanso del partido. El marcador no ha cambiado mucho, pero ambos lados están en los vestuarios trazando jugadas para la siguiente mitad".

"Aunque estos 90 días mantienen el mazo fuera de la mesa, esta no es el tipo de tregua que hace saltar corchos de champán. El mazo no ha vuelto al armario: solo está apoyado contra la pared, esperando a noviembre. La prórroga no se trata de buena voluntad; se trata de mantener oxígeno en la sala para acuerdos que importan", agrega este experto en su informe diario de mercados.

Con todo, la opinión mayoritaria es que este acuerdo de mínimo es positivo para ambas naciones y para el comercio global en general. Así lo cree el equipo de análisis de ING, que señala que esta prórroga hasta el 10 de noviembre, por muy esperada que fuese, elimina una importante "fuente de incertidumbre" de los mercados.

"En las últimas semanas, los avances en las negociaciones comerciales entre EEUU y China han mostrado una tendencia positiva. Pero la historia reciente demuestra que las relaciones comerciales pueden cambiar drásticamente en poco tiempo. Por ello, la formalización de otra extensión de 90 días de la tregua comercial representa un desarrollo esperado, pero igualmente bien recibido", señalan desde el banco neerlandés.

Sean Stein, presidente del Consejo Empresarial EEUU-China, que representa a más de 270 empresas estadounidenses que hacen negocios en China, ha indicado que la industria estadounidense acoge con satisfacción la pausa. "La extensión es fundamental para dar a ambos gobiernos tiempo para negociar un acuerdo que mejore el acceso de EEUU al mercado chino, aborde el desequilibrio comercial bilateral y proporcione la certeza necesaria para que las empresas hagan planes a mediano y largo plazo", señala Stein, en declaraciones recogidas por Politico.

"Es una noticia positiva", apunta Wendy Cutler, ex alta funcionaria comercial estadounidense y ahora vicepresidenta del Asia Society Policy Institute, en declaraciones concedidas a Reuters. "Combinado con algunos pasos de desescalada que tanto Estados Unidos como China han dado en las últimas semanas, demuestra que ambas partes están intentando ver si pueden llegar a algún tipo de acuerdo que siente las bases para una reunión Xi-Trump este otoño", agrega.

EL FOCO ESTÁ PUESTO EN NOVIEMBRE

Muchos analistas coinciden en que esta pausa es puramente estratégica, ya que "compra" tiempo suficiente a ambos países para seguir negociando en varios frentes en los que todavía hay fricciones.

"Se puede ver la coreografía de lo que está ocurriendo", apuntó Jeff Moon, exrepresentante comercial adjunto de EEUU para China, refiriéndose a una serie de "medidas de fomento de la confianza" entre los dos países en los últimos meses. Según este experto, la APEC Corea del Sur 2025, el cónclave anual del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico, parece el evento marcado en rojo en el calendario de ambas potencias.

En declaraciones concedidas a Reuters, Kelly Ann Shaw, ex alta funcionaria comercial de la Casa Blanca durante el primer mandato de Trump, opina que la estrategia de ambos países ha sido clara: sentar la base de las negociaciones durante estos últimos 90 días, poniendo el foco en temas espinosos como los controles de exportación sobre chips o el comercio de soja.

Por ello, muchos expertos pronostican que las negociaciones que ambas potencias tienen por delante serán arduas. Xinbo Wu, director del Centro de Estudios Americanos de la Universidad de Fudan en Shanghái, cree que las negociaciones serán "similares a un regateo", con ambos países manteniéndose firmes en sus demandas hasta el último momento. "No sería una negociación al estilo Trump si no se llevara hasta el último momento", advierte Shaw.

Cabe señalar que ambos países parecen haber avanzado en ciertas cuestiones clave, como los controles sobre las exportaciones de tierras raras de China –reducidos por Pekín en junio–, las compras de productos agrícolas –Trump ha pedido que se cuadrupliquen las compras de soja– o los controles sobre los chips estadounidenses. En este sentido, China abrió recientemente una investigación sobre los semiconductores de inteligencia artificial (IA) de Nvidia, mientras que EEUU anunció un acuerdo con la propia Nvidia y con AMD para darles licencias de exportación a cambio de un 15% de los ingresos resultantes de la venta de chips a China.

"La experiencia de abril y mayo demostró que unos aranceles exorbitantemente altos dañan a ambas economías. Por lo tanto, no sorprende que se haya extendido la tregua. Dadas las dificultades para alcanzar un llamado “gran acuerdo” y la eficacia de usar los aranceles como herramienta para llevar a los países a la mesa de negociación, parece difícil que se puedan dejar atrás por completo. Así, una extensión continua que mantenga el diálogo abierto y evite una reescalada parece uno de los escenarios más favorables", opina ING.

MUCHAS CUESTIONES SIN RESOLVER

Si bien la prórroga parece el mejor resultado posible dadas las circunstancias, muchos expertos son rotundos: está lejos de ser el ideal. El motivo es simple: todavía hay un gran número de puntos de desacuerdo entre Pekín y Washington.

Sin ir más lejos, el progreso sobre el papel de China en el tráfico del fentanilo –la justificación original de los aumentos arancelarios de principios de año– ha sido "bastante limitado", según ING. "Sigue siendo oficialmente parte de las conversaciones, pero los operadores saben que la verdadera acción de precios está en los chips, los minerales y los flujos agrícolas", destaca Innes.

Por otro lado, el déficit comercial de Estados Unidos con China, una de las principales preocupaciones de Trump, no se ha resuelto. Para Trump, reducir el déficit comercial sigue siendo una prioridad máxima, una demanda que podría empujar a China a aumentar sus compromisos de compra y sus importaciones de servicios.

Cabe señalar que el déficit comercial de EEUU con China se redujo en aproximadamente un tercio en junio, a 9.500 millones de dólares, su nivel más bajo desde febrero de 2004. Tras cinco meses consecutivos de descensos, la brecha comercial de EEUU con China se ha reducido en 22.200 millones de dólares, un 70% menos que hace un año.

Sin embargo, sigue habiendo muchas preocupaciones en este frente: las importaciones desde China a principios de este año habían aumentado para adelantarse a los aranceles de Trump, pero cayeron bruscamente en junio, según datos del Departamento de Comercio publicados la semana pasada. Además, Pekín no cumplió en su momento con el acuerdo arancelario alcanzado con EEUU durante la primera Administración Trump: en 2020, China se había comprometido a aumentar en 200.000 millones de dólares sus compras anuales de bienes y servicios estadounidenses, pero desechó el acuerdo cuando golpeó la pandemia de Covid-19.

Asimismo, Moon señala que un eventual acuerdo podría no abordar cuestiones centrales de la guerra comercial, como la sobrecapacidad industrial china, impulsada por los gigantescos subsidios estatales de Pekín. "Este resultado insatisfactorio garantiza que la guerra comercial continuará indefinidamente", subraya.

Por su parte, Innes señala que, con los últimos movimientos, Trump ha enseñado sus cartas. "Los controles sobre los chips siguen siendo el arma más afilada de Estados Unidos, estrangulando las ambiciones tecnológicas de China, pero el modelo de puedes vender, pero nos llevamos el 15% aplicado la semana pasada a los semiconductores de IA fue una grieta en el muro. Cortar a China por completo sería también cortar tus propias ganancias justo cuando el boom de la IA está generando dinero", explica.

Del lado chino, las tierras raras siguen siendo el "as bajo la manga" del presidente Xi Jinping. Las exportaciones se duplicaron de mayo a junio tras un endurecimiento de los controles, prueba de que Pekín "puede apretar o soltar la línea de suministro cuando le convenga". "No es solo una ficha de negociación: es un arma cargada sobre la mesa. La agricultura vuelve al centro de atención, con Washington presionando para que China cuadruplique sus compras de soja, una jugada con tantas probabilidades como cuadruplicar tu pila en las primeras manos de una partida de póker", reflexiona Innes.

Por ello, señala Innes, la tregua era "inevitable", ya que la escalada arancelaria de primavera "demostró que subir los aranceles lo suficiente inflige daño a ambos lados… y nadie quiere llegar cojeando a fin de año por un golpe autoinfligido".

CHINA ES MÁS FUERTE QUE ANTES

Asimismo, varios analistas opinan que, con el paso de los meses, China está reforzando su posición como un actor indispensable en el comercio con Estados Unidos.

Según ING, aunque el gigante asiático sigue enfrentando algunas de las tasas arancelarias más altas, la desventaja relativa frente a muchas otras economías se ha reducido después de que Trump elevara los aranceles recíprocos en agosto a varias decenas de países.

Este aspecto es particularmente importante, ya que uno de los principales canales de impacto de los aranceles es el "efecto sustitución", es decir, reemplazar proveedores chinos por los de otras economías. Si bien se ha demostrado que varias exportaciones chinas tienen una capacidad limitada de sustitución, una menor diferencia arancelaria podría mejorar la competitividad de las exportaciones chinas, pues esos otros países ahora se enfrentan a gravámenes más elevados que antes.

"Las exportaciones de China se han mantenido resistentes en lo que va de 2025 gracias al aumento de la demanda externa de economías no estadounidenses. Sus categorías de exportación de mayor crecimiento no dependen en gran medida del mercado estadounidense, lo que ha mitigado hasta ahora el impacto de los aranceles", señala ING.

Esto no significa que los aranceles no hayan tenido efecto: las exportaciones chinas a EEUU cayeron un 12,5 % interanual en los primeros siete meses del año, con una caída más pronunciada del 23,3 % interanual entre abril y julio. Categorías como calzado, muebles y juguetes, donde EEUU representa más del 15 % de las exportaciones totales, han registrado un crecimiento negativo este año.

"En general, el lastre ha sido significativo, pero menor de lo que muchos participantes del mercado habían temido en lo que va de año. Parece que las exportaciones siguen encaminadas a contribuir de forma sólida al crecimiento este año", sentencia el banco neerlandés.


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