Un posible cierre del Gobierno de EEUU amenaza al empleo y anticipa tipos más bajos
El Gobierno de Estados Unidos se acerca a la fecha clave del 1 de octubre, en la que entrará en un estado de cierre parcial si el Congreso no aprueba antes el presupuesto federal. El presidente del país, Donald Trump, sigue negociando con sus adversarios políticos para alcanzar un acuerdo que evite la parálisis de las agencias consideradas no esenciales, que tendría además un impacto sobre el empleo estadounidense y sobre la previsión de los tipos de interés. Sin embargo, en estos momentos demócratas y republicanos siguen distanciados tras los últimos contactos.

El mandatario ya ha adelantado que un cierre del Gobierno se traduciría en despidos masivos en las agencias públicas, lo que para Kathleen Brooks, directora de investigación de XTB, "podría aumentar la presión sobre el mercado laboral y forzar un ritmo más rápido de recortes por parte de la Reserva Federal, especialmente el próximo año".
"Actualmente, el mercado de futuros de fondos federales prevé poco más de dos recortes de tipos para 2026, y esto podría recalibrarse al alza a finales de esta semana si el gobierno estadounidense entra en confinamiento. Si se produce un cierre, podría provocar la pérdida de más de 850.000 puestos de trabajo, que fue la cantidad de empleados públicos que fueron suspendidos temporalmente cuando el gobierno cerró por última vez en 2013", explica.
Además, el peligro que presenta un posible cierre del Gobierno para el empleo es doble, ya que "también significaría que no se publicaría el informe de empleo de septiembre del viernes, lo que podría generar confusión e incertidumbre sobre la salud actual del mercado laboral estadounidense, y además desencadenar una volatilidad excesiva a mediados de esta semana".
Ipek Ozkardeskaya, analista de Swissquote Bank, también pone en duda la publicación del informe laboral del viernes, y señala que, si finalmente los datos ven la luz, "se espera que la economía estadounidense haya creado alrededor de 50.000 puestos de trabajo en septiembre, con un aumento salarial del 0,3% y un desempleo estable en el 4,3%".
"Unas cifras más débiles de lo esperado mantendrían vivas las expectativas de dos recortes más de la Fed este año, lo que presionaría los rendimientos a corto plazo y el dólar, a la vez que impulsaría la renta variable. Por otro lado, unas cifras más fuertes de lo esperado podrían reducir la probabilidad de dos recortes más, respaldar al dólar y limitar el apetito por la renta variable cerca de máximos históricos", señala.
Ozkardeskaya se muestra optimista sobre la publicación de estos datos, y es que ve "muy probable que se llegue a un acuerdo de última hora". En anteriores ocasiones, recuerda, "los temores por el cierre generalmente han quedado en nada".
"Incluso en los raros casos en que causaron perturbaciones en el mercado, las caídas resultaron atractivas para comprar; después de todo, el Gobierno estadounidense no puede permanecer cerrado para siempre", matiza.
SE ESPERA UNA MEJORA EN EL EMPLEO
Si el cierre del Gobierno no lo impide, los analistas dan por hecho que el reporte del viernes mostrará una mejora en el mercado laboral estadounidense, y en Oxford Economics esperan "que el informe de empleo de septiembre muestre un ritmo de crecimiento laboral más sólido que el de agosto y que las nóminas no agrícolas aumenten en 85.000 puestos netos".
"Esto debería tranquilizar a la Reserva Federal de que el mercado laboral no se está deteriorando, lo que le permitiría mantener la política monetaria sin cambios en su reunión de octubre. Sin embargo, un cierre gubernamental que persista hasta el final de la semana retrasaría la publicación del informe de empleo de septiembre y otras estadísticas gubernamentales", comentan.
Por su parte, Stephen Innes, socio gerente de SPI Asset Management, apunta que "nadie espera un éxito rotundo, pero una sorpresa negativa sería una nota discordante, sugiriendo que las grietas del mercado laboral se están agrandando y que los rumores de una recesión ya no son solo superficiales".
"Esto obligaría a la Fed a profundizar en su estrategia de recorte de tasas, confirmando las predicciones de que las autoridades ya están retrasadas", añade.
Sin embargo, este experto ve "igual de peligroso" para la renta variable el "riesgo opuesto", que se materializaría a través de "un dato de empleo demasiado positivo".
"Con Powell recordando a todos que los riesgos de inflación siguen inclinados al alza, un dato positivo debilitaría la narrativa de flexibilización cuidadosamente elaborada. El mercado ha construido este repunte asumiendo recortes constantes y medidos hasta fin de año: uno en octubre, quizás otro en diciembre, y más en 2026. Un informe mejor de lo esperado reduciría esas probabilidades, sofocando el repunte", señala.
En este contexto, Innes cree que "los operadores se debaten entre si esta semana se presenta como un fiasco que desate un rumor de 50 puntos básicos, un dato positivo que encamine los activos de riesgo hacia un resultado positivo, o un resultado positivo que reduzca las expectativas a un solo recorte final este año".
"En ese sentido, los datos de empleo no son solo una cifra: son la vara de medir en manos de un inversor en la cuerda floja, que decide si los mercados se deslizan hacia la seguridad o se tambalean hacia una caída", concluye.



