Lagarde: "Los cambios en curso crean una oportunidad para un momento euro global"
La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha reconocido que "cualquier cambio en el orden internacional que conduzca a una disminución del comercio mundial o a la fragmentación en bloques económicos será perjudicial para nuestra economía". Sin embargo, considera que con las respuestas políticas adecuadas, también podría haber oportunidades. Y aquí, el euro podría tener un papel destacado en el plano internacional.

"El euro es la segunda moneda mundial, representando alrededor del 20% de las reservas de divisas, en comparación con el 58% en el caso del dólar estadounidense. El aumento del papel internacional del euro puede tener implicaciones positivas para la zona euro", ha señalado la francesa en una conferencia en el Centro Jacques Delors en la Hertie School de Berlín (Alemania).
"Permitiría a los gobiernos y a las empresas de la UE endeudarse a un coste menor, lo que ayudaría a impulsar nuestra demanda interna en un momento en que la demanda externa es cada vez menos segura. Nos aislaría de las fluctuaciones de los tipos de cambio, ya que más comercio estaría denominado en euros, protegiendo a Europa de flujos de capital más volátiles. Protegería a Europa de sanciones u otras medidas coercitivas. En resumen, permitiría a Europa controlar mejor su propio destino, dándonos algo de lo que Valéry Giscard dEstaing llamó el privilegio exorbitante hace 60 años", ha añadido la banquera central.
Con todo, Lagarde ha enfatizado que, para que realmente ocurra este cambio, hay que construir sobre tres cimientos. En primer lugar, ha hecho referencia a que Europa debe asegurarse de que tiene una base geopolítica sólida y creíble manteniendo un compromiso firme con el comercio abierto y apuntalándolo con capacidades de seguridad.
"La UE tiene la mayor red de acuerdos comerciales del mundo. Europa es el primer socio comercial de 72 países, que en conjunto representan casi el 40% del PIB mundial. Y este estatus se refleja en la cuota del euro como moneda de facturación, que se sitúa en torno al 40%, más del doble de su cuota como moneda de reserva", ha afirmado.
Así, para Lagarde, Europa puede aprovechar esta ventaja si sigue forjando nuevos acuerdos comerciales.
"El BCE también puede ayudar a que el euro sea más atractivo para el comercio denominado en euros. Estamos trabajando en un posible euro digital y llevando a cabo iniciativas para mejorar los pagos transfronterizos en euros, lo que podría facilitar las transacciones transfronterizas internacionales en el futuro", ha agregado.
En segundo lugar, la presidenta del BCE cree que se debe reforzar la base económica para hacer de Europa uno de los principales destinos del capital mundial, gracias a unos mercados de capitales más profundos y líquidos.
"El comercio y el poder militar son importantes para establecer la demanda de una moneda internacional. Pero para satisfacer esta demanda, los inversores necesitan activos adecuados en los que invertir", ha comentado.
Esta es la razón para Lagarde por la que una base económica sólida, que brinde oportunidades de crecimiento y oportunidades para invertir en el crecimiento, es igualmente esencial. "La conclusión para Europa es clara: si realmente queremos que crezca el estatus global del euro, primero debemos reformar nuestra economía nacional".
Además, ha subrayado que en este nuevo panorama geopolítico, los argumentos a favor de actuar de manera europea nunca han sido más sólidos. "Por supuesto, cada país debe asegurarse de que sus políticas nacionales apoyen el crecimiento. Pero también debemos ser conscientes de la fragmentación contraproducente".
En tercer lugar, para Lagarde hay que reforzar la base jurídica defendiendo el Estado de derecho y "uniéndonos" políticamente para poder resistir las presiones externas.
"La fortaleza geopolítica y un crecimiento más rápido pueden contribuir en gran medida a fortalecer el papel internacional del euro. Pero mantener la demanda de la moneda también dependerá de nuestra capacidad para mantener una sólida base legal e institucional", ha indicado.
En última instancia, ha enfatizado que las monedas alcanzan y mantienen su estatus de reserva si las instituciones y políticas que las respaldan salvaguardan sistemáticamente la confianza de los inversores en su valor a largo plazo.
"Pero los momentos de cambio también pueden ser momentos de oportunidad. Los cambios en curso crean la apertura para un momento del euro global. Esta es una excelente oportunidad para que Europa tome un mayor control de su propio destino. Pero este no es un privilegio que simplemente se nos dará a nosotros. Tenemos que ganárnoslo", ha concluido Lagarde.



