Bruselas eleva al 2,6% el PIB de España en 2025 y rebaja al 0,9% el crecimiento de la eurozona
España seguirá siendo la única de las grandes economías europeas que mantendrá una "robusta actividad" en 2025 en un entorno de incertidumbre arancelaria. Así lo estima la Comisión Europea, que ha elevado hasta el 2,6% el Producto Interior Bruto (PIB) español para este ejercicio, tres décimas por encima de la anterior previsión de noviembre (2,3%). De hecho será la que más crezca de entre las principales economías de los Veintisiete, después de que Bruselas haya rebajado al 0,9% (desde el 1,3%) el crecimiento de la eurozona y al 1,1% (desde el 1,5%) la del conjunto de la UE.

En su último informe macroeconómico, el organismo comunitario avanza en sus previsiones de primavera que para España "se espera que el crecimiento del PIB real siga siendo sólido en 2025, alcanzando el 2,6%, y que se suavice en 2026 hasta el 2,0%".
A este respecto, anticipa que "la actividad económica se vea respaldada por la demanda interna, debido a la persistencia de los buenos resultados del mercado laboral que sostienen el crecimiento del consumo privado y al fortalecimiento previsto de la inversión, también gracias a la aplicación del plan de recuperación y resiliencia".
Bruselas considera que la demanda interna seguirá siendo el motor clave del crecimiento económico durante el periodo de pronóstico, impulsada por el consumo privado y el repunte proyectado de la inversión, mientras que, en medio de las crecientes tensiones comerciales, "espera que la contribución de las exportaciones netas sea negativa en ambos años".
"La incertidumbre política en torno al comercio mundial y los aranceles pesará sobre el crecimiento de la inversión privada, aunque la exposición directa de la economía española a EEUU en términos de exportaciones de bienes y servicios no turísticos sigue siendo limitada en general. No obstante, se espera que la sólida posición financiera de las sociedades no financieras, junto con la continua aplicación del PRR, sostenga el repunte de la formación bruta de capital fijo, beneficiándose también del entorno de tipos de interés a corto plazo más bajos", indica.
Asimismo, proyecta que la inflación general disminuya hasta el 1,9% en 2026 y que el déficit de las administraciones públicas descienda hasta el 2,8% del PIB en 2025 y el 2,5% en 2026, impulsado por la eliminación progresiva de las ayudas relacionadas con la energía y la retirada de las medidas temporales introducidas en respuesta a las devastadoras inundaciones de Valencia. Por otra parte, prevé que la ratio deuda/PIB baje hasta el 100,9% en 2025 y que se estabilice en general en 2026.
Los riesgos a la baja para las perspectivas se relacionan principalmente con la desaceleración mayor de lo esperado de la actividad económica en la eurozona y en los principales socios comerciales de España, en particular aquellos con una exposición relativamente alta a los mercados estadounidenses.
"Esto podría generar efectos indirectos negativos sobre la actividad en España, al perturbar aún más el acceso a los mercados de exportación, provocar un comportamiento precautorio prolongado por parte del sector privado, retrasar la inversión empresarial y mantener aún más la tasa de ahorro de los hogares por encima de su media histórica a largo plazo", señala la Comisión.
CRECIMIENTO "MODERADO" DE LA ECONOMÍA EUROPEA
"La economía de la UE comenzó 2025 con una base algo más sólida de lo previsto. Se prevé que siga creciendo a un ritmo modesto este año, y se espera que el crecimiento repunte en 2026, a pesar de la mayor incertidumbre política mundial y las tensiones comerciales". Es la descripción que realiza Bruselas sobre sus proyecciones para la economía del Viejo Continente.
Es más, estima que el PIB real crecerá un 1,1% en 2025 en la UE y un 0,9% en la zona euro, prácticamente al mismo ritmo que en 2024; y que en 2026 el crecimiento se acelere hasta el 1,5% en la UE y el 1,4% en la eurozona.
"Las perspectivas de crecimiento se revisan significativamente a la baja. Esto se debe en gran medida al debilitamiento de las perspectivas del comercio mundial y a una mayor incertidumbre en materia de política comercial", dicen en Bruselas.
"Los riesgos para las perspectivas se inclinan a la baja. Una mayor fragmentación del comercio mundial podría mitigar el crecimiento del PIB y reactivar las presiones inflacionistas. Los desastresrelacionados con el clima también son más frecuentes y siguen siendo una fuente persistente de riesgo a la baja para el crecimiento", añaden.
Con todo, por el lado positivo, desde el organismo comunitario resaltan que una mayor distensión de las tensiones comerciales entre la UE y Estados Unidos o una expansión más rápida del comercio de la UE con otros países, también a través de nuevos acuerdos de libre comercio, podrían sostener el crecimiento de la UE. El aumento del gasto en defensa también podría contribuir positivamente.
"Avanzar en las reformas para impulsar la competitividad, como la profundización del mercado único y el avance de la Unión del Ahorro y la Inversión, así como aplicar un ambicioso programa de simplificación, puede reforzar aún más la resiliencia de la economía de la UE".
Sobre la inflación, la Comisión Europea estima que retroceda en la zona euro del 2,4% en 2024 a una media del 2,1% en 2025 y del 1,7% en 2026. En la UE, la inflación seguirá una dinámica similar desde un nivel ligeramente superior en 2024, cayendo justo por debajo del 2% en 2026.
"Los precios de las materias primas energéticas han disminuido notablemente desde el otoño de 2024 y se prevé que continúen su trayectoria descendente. Del mismo modo, un euro fortalecido también debería aumentar las presiones desinflacionistas", concluyen en Bruselas.



