Barclays ve improbable un arancel del 30% a la UE y recomienda no entrar en pánico
Barclays duda de que Donald Trump cumpla finalmente con su amenaza de imponer un arancel del 30% a la Unión Europa (UE). Si esto ocurriera, dice, habría represalias, una desaceleración económica más prolongada y profunda, el Banco Central Europeo (BCE) recortaría los tipos hasta el 1% para el primer trimestre de 2026 y las bolsas caerían a doble dígito. Sin embargo, estos estrategas son escépticos. "Por tanto, conviene cubrir riesgos pero sin entrar en pánico", señalan.

Estos expertos no descartan la posibilidad de que EEUU y la UE alcancen un acuerdo provisional antes del 1 de agosto que mantenga el arancel medio sobre la mayoría de los productos de la UE en el 10%. Sin embargo, ven más factible que el arancel suba por encima del 10%, aunque quede por debajo del 30%. También esperan el anuncio de nuevos aranceles sectoriales que podrían cubrir una gran parte de las exportaciones de la UE hacia EEUU.
LA REACCIÓN DE LAS BOLSAS
Aunque las bolsas europeas lograron recuperar rápidamente las pérdidas de abril, la cautela no ha desaparecido por completo. El posicionamiento no ha vuelto a los máximos, y la polarización extrema entre valores domésticos europeos y exportadores refleja una elevada aversión de los inversores hacia las acciones más sensibles a los aranceles.
El Ftse 100 podría ser un buen refugio frente a índices más expuestos al comercio, como el Cac y el Dax
Esto ocurre a pesar de que la economía ha demostrado hasta ahora ser más resistente de lo esperado. "Así que, aunque es previsible que haya volatilidad hasta el 1 de agosto y que tenga sentido cubrirse a la baja dado el bajo nivel actual de volatilidad implícita, aconsejaríamos no sobrerreaccionar a las últimas noticias, que vemos principalmente como tácticas de negociación".
No obstante, Barclays reconoce que podría equivocarse y, en este sentido, afirma que el Ftse 100 podría ser un buen refugio frente a índices más expuestos al comercio, como el Cac y el Dax. "El Reino Unido, además, se está beneficiando de una incertidumbre arancelaria algo menor, al contar ya con un acuerdo comercial con EEUU", comenta.
Añade que los próximos días probablemente revelarán qué nivel de aranceles están dispuestos a tolerar los mercados y los socios comerciales. "Si la situación se desescalada, seguimos viendo potencial para que la renta variable europea repunte en la segunda mitad del año".
SIN TOCAR PREVISIONES
Ante la incertidumbre por las negociaciones, Barclays opta por no cambiar sus previsiones económicas para la eurozona ni su perspectiva de que el Banco Central Europeo (BCE) hará una pausa en julio, seguida de dos recortes de 25 puntos básicos en septiembre y diciembre. Este escenario se basa en la hipótesis principal de un arancel medio del 15% sobre las exportaciones de la UE hacia EEUU.
"Aranceles superiores a partir del 1 de agosto implicarían una contracción económica más profunda en el corto plazo y una postura monetaria más acomodaticia, con el tipo de depósito recortado hasta el 1% para el primer trimestre de 2026".
RENTA FIJA Y DIVISAS
Barclays señala que, aunque las posiciones largas en la parte corta de la curva del euro (EUR), que descuentan menos de un recorte de tipos antes de finales de 2025, ofrecían un perfil de riesgo-recompensa asimétrico, era necesario un catalizador para que se materializara ese valor. Si el mercado llegara a considerar creíble la amenaza de un arancel del 30%, cabría esperar que la curva monetaria se aplane al incorporar más prima de recortes de tipos en las reuniones de este año. En ese caso, el ESTR 1y1y podría situarse por debajo del 1,5% y el rendimiento del Bund alemán descender por debajo del 2,5%, con un movimiento de bull steepening en la curva.
En el mercado de divisas, el euro ha sido la moneda con mejor comportamiento frente al dólar desde el Día de la Liberación. Sin embargo, Barclays advierte que podría enfrentarse a un entorno menos favorable si el presidente Trump materializa su amenaza de imponer un arancel del 30%. Esto se debería a un deterioro de las perspectivas macroeconómicas y de política monetaria en Europa, junto con una respuesta más contenida de otros socios comerciales, lo que limitaría el impacto negativo sobre el dólar estadounidense.



