S&P cree que la tregua comercial entre EEUU y China aporta un "alivio parcial y temporal"
El acuerdo comercial alcanzado entre EEUU y China para reducir sus aranceles recíprocos durante 90 días ha dado cierto respiro a un mercado que mantiene la incertidumbre consciente de que esta tregua, que puede saltar por los aires en cualquier momento, tiene fecha de caducidad. De hecho, desde S&P Global consideran que el alivio es parcial y podría ser temporal.
"La reducción arancelaria entre EEUU y China mejora nuestras perspectivas macroeconómicas", afirma Paul Gruenwald, economista jefe global de S&P Global Ratings. "Esto refleja una combinación de factores, entre ellos los efectos directos de la reducción de aranceles bilaterales en las dos economías más grandes del mundo, una reducción -aunque no la eliminación- de la incertidumbre política, un mayor dinamismo en los precios de los activos y cierta reapertura de mercados previamente congelados".
Así, estima que la desescalada arancelaria entre las dos superpotencia "solo supone un alivio temporal", ya que "el reciente acuerdo solo tiene una pausa de 90 días".
Es más, desde la agencia de calificación enfatizan que, transcurrido ese periodo, y a falta de un acuerdo, es probable que los aranceles vuelvan a subir, quizás de forma drástica. Además, remarcan que EEUU solo ha cerrado dos acuerdos comerciales bilaterales hasta la fecha (China y Reino Unido). "Aún no se ha establecido un modelo para la escalabilidad de estos acuerdos, aunque el arancel mínimo parece ser la tasa fija del 10%".
"Creemos que el entorno comercial global seguirá afectando las condiciones crediticias y nuestra perspectiva de calificación, pero los riesgos de cola se han reducido ligeramente", comenta Alexandre Birry, director global de investigación y análisis crediticio. "El posible impacto sigue siendo desigual entre sectores y países".
Con todo, y si bien la desescalada subraya una reducción de los elevados aranceles comerciales, el lastre para el gasto de capital y las inversiones a largo plazo podría persistir. A corto plazo, "prevemos que las empresas se mantendrán cautelosas con la expansión y la necesidad de mano de obra. En el caso de los hogares, la propensión al consumo podría mantenerse moderada".
Asimismo, dada su exposición a la cadena de suministro global y un entorno de consumo debilitado, creen que aún podría haber implicaciones negativas para los sectores minorista y de consumo de EEUU. "Las condiciones de financiación serían las beneficiarias más inmediatas de una desescalada sostenida. El retorno del apetito inversor por activos de riesgo podría aliviar la presión inmediata sobre los emisores, especialmente los de menor calificación", agregan.
Por otro lado, explican que es probable que las acciones de calificación se aceleren si la reciente disminución de las tensiones comerciales no se mantiene. Otros problemas que podrían tener implicaciones para las calificaciones incluyen la debilidad del dólar estadounidense y la continua reconfiguración de las cadenas de suministro.
"Si bien este giro de los acontecimientos es positivo para las economías, no proporcionamos pronósticos de crecimiento actualizados en este momento. Esta decisión tiene en cuenta la imprevisibilidad de la evolución de las políticas, especialmente en EEUU, y la próxima ronda de pronósticos trimestrales", concluyen en S&P.
