El refugio inesperado: la salud podría ser el salvavidas bursátil en plena fiebre de la IA
A veces, el mercado habla en susurros… y otras, grita. La última vez que levantó la voz fue para avisar de que la fiebre de la inteligencia artificial (IA) quizá esté corriendo demasiado. En medio del ruido, un sector hasta hace poco olvidado vuelve a reclamar su sitio: la salud. Y lo hace con una mezcla de resiliencia, eficiencia digital y una narrativa que empieza a resultar irresistible para quien busca protección sin renunciar al potencial.

“Es el sector que está en 'el extremo opuesto' al nerviosismo que rodea a la IA”, asegura Arnaud Girod, experto de Kepler Cheuvreux, en declaraciones a CNBC. Un diagnóstico tan simple como elocuente.
LA FIEBRE DE LA IA Y EL MIEDO AL ESTALLIDO
La hipótesis de una posible burbuja tecnológica no es nueva, pero ganó decibelios cuando Michael Burry -sí, el de The Big Short- reveló posiciones bajistas sobre gigantes del chip y del análisis de datos. El aviso implícito es claro: las valoraciones están tensas, la visibilidad de los retornos es dudosa y el mercado ha empezado a buscar un freno de emergencia.
Girod lo explica sin ambages: “Los inversores tienen que encontrar negocios cuyas franquicias no vayan a ser desafiadas por la disrupción de la IA y que, al mismo tiempo, puedan aprovechar la tecnología para ganar eficiencia”. Esa frase, casi quirúrgica, resume la tesis que está reposicionando capital hacia el sector salud.
La divergencia en rentabilidades también mete presión. Mientras el índice tecnológico del S&P 500 sube un 24,8% en el año, el sector salud estadounidense avanza un 11,6%, y el europeo apenas un 2,7%. Para Kepler, esa brecha no es debilidad: es oportunidad.
LA SALUD PASA CONSULTA… Y APRUEBA
El giro no es casual. El sector ha sobrevivido a un año que los analistas llaman “tormenta perfecta”, con riesgos regulatorios, tensiones sobre precios y dudas sobre costes. Sin embargo, varias nubes se están disipando a la vez. Las farmacéuticas, que pesan la mayor parte del índice, ya pueden esquivar ciertos aranceles comprometiéndose a producir en Estados Unidos. Y hasta las políticas de precios de Trump, temidas durante meses, han resultado más benignas de lo anticipado.
“La recuperación en el sector podría acelerarse a medida que mejora la visibilidad”, señalan desde Kepler, apuntando a tendencias demográficas que nadie puede discutir: envejecimiento, cronicidad y la batalla global contra la obesidad. Tres fuerzas que, unidas, garantizan demanda estructural.
El informe del banco de inversión va más allá y mejora la recomendación sobre el sector europeo de sobreponderar a sobreponderación elevada, una señal potente para gestores que buscan sectores con mejor binomio rentabilidad-riesgo de cara a 2026.
LA "COBERTURA DEFINITIVA” ANTE UNA POSIBLE CORRECCIÓN
El mensaje más contundente llega en forma de advertencia amable: la salud “podría ser la cobertura definitiva” ante una corrección de la IA. No porque la IA vaya a desaparecer -al contrario, subraya Girod- sino porque la tecnología está avanzando más rápido que la capacidad de convertir esa innovación en beneficios tangibles.
A este equilibrio se suma un factor poco comentado: el propio sector salud está integrando IA a gran velocidad, pero desde una posición defensiva. Lo hace para mejorar diagnósticos, acelerar ensayos clínicos o reducir costes operativos. Es decir, gana eficiencia sin exponerse al riesgo de que su modelo de negocio sea devorado por la propia tecnología. “Hablamos de compañías que pueden usar la IA sin que la IA las use a ellas”, ironiza el analista.
DÓNDE MIRAR: LAS IDEAS CLAVE PARA CARTERAS 2026
A nivel de recomendaciones, Kepler pone el foco en:
- Grandes farmacéuticas europeas con carteras sólidas y exposición a terapias crónicas.
- Equipamiento médico orientado a diagnósticos y automatización.
- Gestión hospitalaria y servicios con márgenes mejorables vía eficiencia digital.
No es un sector para hacerse millonario de la noche a la mañana; es uno para no perder pie cuando otros tropiezan.
CONCLUSIÓN: EL MERCADO RESPIRA, EL INVERSOR DECIDE
Si 2025 fue el año en que la IA tomó el mando, 2026 podría ser el ejercicio en el que los inversores se pregunten si el vértigo compensa. La salud, ese sector que a menudo se mira de reojo, emerge como refugio razonable, diversificador y, en palabras del propio Girod, “sorprendentemente preparado para la próxima década”.
Mientras el mercado debate si hay o no burbuja, la salud hace lo que siempre ha hecho: avanzar en silencio. Quizá ahí resida su mayor fortaleza. Y quizá, solo quizá, también la mejor recomendación para un mundo que pisa el acelerador sin mirar siempre la carretera.




