Mutuactivos alerta del sesgo del rebaño y ve signos de complacencia bursátil
Cuando una inteligencia artificial dibuja un reloj, casi siempre marca las diez y diez. Es la imagen más repetida, la que todos imitan sin pensar. En los mercados financieros, ocurre algo parecido: los inversores tienden a mirar donde mira la mayoría. Pero en Mutuactivos prefieren ajustar la hora a su propio compás.

EL SESGO DE REBAÑO: CUANDO EL CONSENSO CIEGA
La visión de Ignacio Dolz de Espejo, director de Soluciones de Inversión y Producto de la firma, parte de una idea tan sencilla como reveladora: si la inteligencia artificial repite patrones porque “ha visto más relojes a las diez y diez”, los analistas y gestores también pueden caer en el mismo error. Ven lo que todos ven, opinan lo que todos opinan.
Este fenómeno tiene nombre: sesgo de rebaño, una tendencia a seguir la corriente del consenso bajo la premisa de que si muchos lo hacen, debe ser correcto. “Es difícil encontrar a un analista que, tras tres buenos años de mercado, se atreva a decir que lo ve mal”, reflexiona Dolz de Espejo.
Ejemplos hay muchos. Desde la euforia tecnológica de 1999 hasta el pánico irracional de 2008. En ambos casos, las masas actuaron al unísono, ignorando las señales de sobrevaloración o de oportunidad.
IR CONTRACORRIENTE: UNA FILOSOFÍA DIFERENTE
Frente a esa psicología colectiva, Mutuactivos defiende un enfoque basado en la independencia de criterio y la visión de largo plazo. “No podemos mirar el cortísimo plazo”, explica Dolz de Espejo. Esa forma de trabajar les ha llevado a tomar decisiones contrarias al consenso en momentos clave: 2018, 2020, 2022 y abril de 2025.
En todas esas fechas, redujeron riesgo en plena bonanza y acumularon pólvora seca que después emplearon para comprar renta fija privada en las correcciones. No porque tuvieran una bola de cristal, aclara el estratega, sino porque “en determinados momentos, las valoraciones dejan de ser racionales”.
"EXCESO DE OPTIMISMO" Y RIESGOS LATENTES
Dolz de Espejo cree que el mercado vive ahora uno de esos momentos de complacencia. Las valoraciones son elevadas, especialmente en Estados Unidos, donde el S&P 500 cotiza a 23 veces beneficios, el sector tecnológico a 36 y el de consumo discrecional a 31. Incluso las utilities, tradicionalmente refugio de estabilidad, lo hacen a 21 veces.
“Las valoraciones parecen exageradas para el momento del ciclo en el que estamos”, advierte. El crecimiento de EE.UU. se modera del 3% al 2%, la inflación sigue cayendo y la Reserva Federal ha comenzado a bajar tipos. En Europa, el panorama es más tibio: la economía apenas avanza, los estímulos fiscales sostienen el crecimiento y los tipos se han reducido hasta el 2 % para evitar la recesión.
"El entorno no es hostil, pero tampoco invita a la euforia". Y el paralelismo con 1999 surge inevitablemente: "El boom actual de la inteligencia artificial recuerda al de Internet". “En su día -afirma Dolz de Espejo- muchas empresas mostraban ingresos disparados y valoraciones desorbitadas. Solo unas pocas sobrevivieron.”
POSICIÓN PRUDENTE: MENOS RIESGO Y MÁS FLEXIBILIDAD
En este contexto, Mutuactivos ha optado por una estrategia de prudencia progresiva. La gestora está infraponderada en bolsa, ha reducido exposición a Estados Unidos a favor de Europa y ha reforzado posiciones en sectores defensivos como farma y real estate.
En renta fija, se ha refugiado en emisiones más seguras y de menor duración, mientras amplía la exposición a deuda pública para protegerse de una posible corrección. “No buscamos anticipar el momento exacto de las caídas, sino gestionar el riesgo con disciplina”, explica el experto.
El objetivo, añade, es mantener la flexibilidad suficiente para aprovechar las oportunidades cuando el mercado vuelva a ofrecer valor.
UNA LECCIÓN DE HUMILDAD
El mensaje de fondo es claro: la inteligencia artificial y los inversores humanos comparten la misma debilidad, la de repetir patrones. Pero también pueden aprender a romperlos.
“Podríamos estar en uno de esos momentos en los que conviene cuestionar la tendencia dominante”, concluye Dolz de Espejo. No se trata de acertar el minuto exacto del cambio, sino de estar preparado cuando el reloj del mercado marque otra hora.
Porque, como en los relojes a las diez y diez, seguir siempre la misma imagen puede parecer bonito... hasta que deja de dar la hora correcta.



