Aires de Garbet 2017, el vino nacido a pie de mar
La nueva añada de este singular tinto de Garnatxa que elabora Perelada en el Empordà resulta especialmente elegante, mineral y fresco gracias a la humedad del mar, el rocío de la primavera y la brisa marina que atesora Garbet
La nueva añada de este singular tinto de Garnatxa que elabora Perelada en el Empordà resulta especialmente elegante, mineral y fresco gracias a la humedad del mar, el rocío de la primavera y la brisa marina que atesora Garbet
Mirando al mar, a orillas del Mediterráneo, se encuentra uno de los viñedos más espectaculares de la Península, Garbet. Está ubicado en un terreno montañoso con una composición pizarrosa que obliga a que el cultivo de la vid sea en terrazas. Se crea así un auditorio natural al mar de 12,8 hectáreas al norte del Cap de Creus. Y es aquí donde nace Aires de Garbet 2017.
Aires de Garbet es un vino elaborado al cien por cien con uva de la variedad Garnatxa. Esta nueva añada se muestra esencialmente fresca y elegante gracias al microclima de Garbet. Y es que aquí la humedad del mar, el rocío de la primavera y la brisa marina hacen que la vid tenga obtenga un aporte de agua adicional.
Tras 14 meses en barrica bordelesa de roble francés Tronçais de segundo vino, Aires de Garbet 2017 muestra un color rubí de capa alta y ribete violáceo. Es un vino con un gran abanico aromático que recuerda la finca de la que procede: hierbas mediterráneas, frutos rojos y un fondo balsámico. En boca es fresco, intenso y sobre todo muy equilibrado. Presenta una clara personalidad varietal, con unos taninos maduros, envolventes y con sensación sedosa. Tiene un largo postgusto y presenta un gran potencial de envejecimiento. Y es que como afirma su elaborador, Delfi Sanahuja, “si existe una variedad típica del Empordà, es la Garnacha. Plantada en Garbet, da un vino expresivo, extremadamente mediterráneo”. PVP. 41€
Garbet es un viñedo que comenzó a plantarse en 1997. Por su ubicación, el mar refuerza su insolación al reflejar la luz solar, al tiempo que actúa como regulador térmico. El viento, la Tramuntana, ejerce un control natural de las plagas y permite reducir al mínimo indispensable el uso de fitosanitarios.
Fuente Comunicae