¿Caos o renacer? Wellington ve señales de un giro inesperado en los mercados
Los aranceles anunciados por la Administración estadounidense el pasado 2 de abril han superado con creces las expectativas del mercado global, generando una oleada de incertidumbre en los inversores. Aunque los aranceles universales del 10% resultaron menos agresivos de lo anticipado, los llamados aranceles recíprocos particularmente dirigidos hacia Asia- fueron considerablemente más severos.

Este escenario no solo representa un reto para las economías emergentes, sino también para el equilibrio global, elevando los riesgos inflacionarios y de recesión en Estados Unidos y más allá.
Así, en palabras de Nanette Abuhoff Jacobson, estratega global de inversiones y multiactivos de Wellington Management, "la probabilidad de una recesión en Estados Unidos se sitúa ahora en torno al 50%, afectando inevitablemente a otras economías interconectadas".
"FACTORES ATENUANTES QUE ABREN UNA VENTANA DE ESPERANZA"
A pesar de los titulares alarmantes, existen factores atenuantes que podrían suavizar los impactos económicos inmediatos. De acuerdo con Abuhoff Jacobson, "es fundamental evitar la negatividad y considerar las siguientes variables positivas en el entorno actual":
- La capacidad de la Reserva Federal (Fed) para recortar los tipos de interés desde su nivel actual del 4,5%, ofreciendo un colchón frente a un posible debilitamiento del mercado laboral.
- La solidez relativa de los balances financieros de empresas y hogares, que presentan niveles de apalancamiento más bajos en comparación con los gobiernos. Esta estabilidad microeconómica podría ofrecer resiliencia frente a choques externos.
- La anticipación ante las elecciones de mitad de mandato en EEUU en 2026, un evento que podría influir en las decisiones fiscales y económicas de corto plazo.
- El potencial alcista de la agenda política de Donald Trump, cuya secuencia de propuestas comienza con políticas arancelarias, pero podría ampliarse a reducciones de impuestos y medidas de desregulación. Estas estrategias podrían actuar como estímulo para la economía estadounidense y mejorar la confianza de los inversores.
Dichas dinámicas, según la gestora, no deben subestimarse, ya que podrían marcar la diferencia entre una recesión técnica y un ajuste transitorio, especialmente si la política monetaria y fiscal logran coordinarse adecuadamente.
REVISIÓN DE CARTERAS Y DIVERSIFICACIÓN INTELIGENTE
La pregunta clave para los inversores es: ¿cómo reaccionar ante esta nueva ola de proteccionismo económico? La respuesta, según la experta de Wellington Management, pasa por una evaluación cuidadosa y proactiva de las carteras de inversión.
"Revisar e identificar concentraciones es un primer paso esencial. Muchas carteras continúan fuertemente concentradas en el mercado estadounidense y en valores de estilo growth, lo que podría limitar su capacidad de respuesta ante un entorno más adverso", explica.
Definir con claridad el horizonte de inversión y la tolerancia al riesgo también cobra vital importancia. "Un horizonte a largo plazo y una mentalidad abierta ante la volatilidad pueden ofrecer oportunidades únicas para reposicionarse en activos infravalorados", afirma.
Incluso para inversores de perfil más conservador o con horizontes temporales reducidos, "puede tener sentido evitar la venta apresurada de activos que podrían recuperarse en el medio plazo", añade.
Por último, ve esencial elaborar un plan estructurado: no actuar también es una decisión, y muchas veces es la menos rentable. "Una estrategia que considere una diversificación por regiones y estilos -aprovechando correcciones del mercado como puntos de entrada- puede generar beneficios significativos a futuro", asevera.
GANADORES RELATIVOS: UNA MIRADA MÁS ALLÁ DE EEUU
Aunque las medidas arancelarias estadounidenses puedan representar un freno a la globalización, también están generando un cambio de flujos de capital que podría favorecer a otras regiones del mundo, particularmente Europa y Japón.
Europa, en especial, está dando pasos hacia una expansión fiscal significativa, con Alemania adoptando nuevos enfoques presupuestarios. Japón, por su parte, mantiene una política monetaria acomodaticia que lo hace atractivo para los inversores.
"Ambos mercados presentan además valoraciones más bajas que EEUU, lo que ofrece margen de crecimiento a medio plazo", subraya esta analista.
Además, cree que una posible depreciación del dólar estadounidense también favorecería esta rotación hacia mercados desarrollados no estadounidenses. Según Abuhoff Jacobson, "los esfuerzos europeos por aumentar el gasto estructural en sectores como defensa, infraestructuras y digitalización, podrían actuar como catalizadores de un crecimiento sostenido".
INTELIGENCIA INVERSORA
La volatilidad de los mercados es ahora la norma, no la excepción. Los inversores deben estar preparados para un comportamiento impredecible que podría extenderse más allá de la renta variable, afectando también a los mercados de renta fija y materias primas. Además, la posibilidad de represalias comerciales por parte de otras naciones genera un entorno aún más incierto.
A pesar de ello, es importante recalcar que "no es momento para ajustes drásticos en las carteras". Como concluye Abuhoff Jacobson, "lo ideal es observar atentamente la evolución del panorama económico y buscar puntos de entrada atractivos a medida que surjan nuevas oportunidades".
"La dinámica actual requiere más que nunca de un enfoque estratégico, equilibrado y con visión a largo plazo. En este nuevo escenario global marcado por tensiones comerciales, políticas expansivas y reajustes geopolíticos, la clave estará en la diversificación inteligente, el análisis cuidadoso y la capacidad de adaptación de los inversores", finaliza la experta.