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Notas de Prensa

13/10/2022

Cuatro formas de disfrutar la biodiversidad que ofrece Centroamérica y República Dominicana

Recorrer el istmo da la oportunidad de conocer los rasgos distintivos de cada uno de los países que lo conforman, a la vez que vivir experiencias únicas e inolvidables relacionadas con la naturaleza. Además, según CATA, la región concentra el 12% de la biodiversidad del mundo y es un paraíso para los amantes de la la naturaleza en estado puro


/COMUNICAE/

Recorrer el istmo da la oportunidad de conocer los rasgos distintivos de cada uno de los países que lo conforman, a la vez que vivir experiencias únicas e inolvidables relacionadas con la naturaleza. Además, según CATA, la región concentra el 12% de la biodiversidad del mundo y es un paraíso para los amantes de la la naturaleza en estado puro


El 1% del globo terráqueo está ocupado por Centroamérica y República Dominicana, una región en el corazón del continente americano que resguarda el 12% de la biodiversidad del mundo. Y es que el istmo es un verdadero santuario tropical, rodeado por el océano Pacífico y el mar Caribe; además, es la segunda zona con mayor avistamiento de aves del hemisferio occidental y forma parte del segundo arrecife de coral más grande del mundo. Esto permite a sus visitantes vivir experiencias que van desde bucear en Belice o nadar con ballenas en Panamá hasta ver aves en Costa Rica o palpar tortugas en Nicaragua.

Buceo en Belice
Las aguas cristalinas de Belice esconden un fondo marino repleto de belleza. El Gran Agujero Azul o Blue Hole se postula como uno de los paraísos del buceo en el país; ya que sus aguas esconden desde peces muy pequeños hasta tortugas y enormes tiburones ballena. Sin duda una experiencia que multiplica la adrenalina de quién la percibe. Para acceder al pequeño y perfecto atolón, situado en la parte continental de la ciudad de Belice, es necesario coger una embarcación o avioneta desde San Pedro o Caye Caulker. La excursión dura un día completo y, consiste en una inmersión en el Blue Hole —cuya profundidad llega hasta los 128 metros— y dos adicionales en los arrecifes cercanos. Este sitio es, sin duda, uno de los espectáculos más sorprendentes del mundo.

Ballenas en Panamá
La costa panameña recibe, entre julio y octubre, aproximadamente 2000 ballenas jorobadas que viajan de la Antártida hasta Panamá. Su objetivo es llegar a aguas cálidas, sin depredadores y con marea baja, para poder reproducirse y enseñar a sus crías a nadar y respirar. Las crías nacen muy pequeñas, casi sin masa muscular y aprovechan el clima de Panamá para ganar peso, comiendo más de 80 porciones de leche al día. En zonas como el archipiélago de Las Perlas o las islas Contadora, Herrera y Los Santos se pueden observar ballenas nadando con sus bebés, a la vez que delfines saltando. Otros lugares favoritos para observar ballenas humback son Isla Taboga, a 20 km de la ciudad de Panamá o Isla Coiba, uno de los parques marítimos más grandes del mundo y declarado en 2005 como Patrimonio de la Humanidad.

Aves en Costa Rica
El país centroamericano es un paraíso del avistamiento de aves y de la ornitología. Sus más de 250 especies, entre las que destacan, la carga huesos, el gavilán cangrejero y la viuda roja, permiten que los turistas disfruten de una experiencia inolvidable. Uno de los sitios idóneos para hacerlo es en el Parque Nacional de Santa Rosa, que ofrece cientos de especias exóticas y una experiencia rural diferente. Esta zona es uno de los bosques secos más grandes de Centroamérica, pero que, al estar conectada con bosques húmedos y, lluviosos, permite que se llene de riqueza faunística. Este Parque Nacional es un sitio histórico que cuenta con el Museo La Casona, el Monumento a los Héroes y tiene cerca también la Playa Naranjo, ideal para surfear. Se llega al Parque por carretera desde San José, que está a unos 35 km de distancia.

Tortugas en Nicaragua
En el mundo existen siete especies de tortugas marinas y cinco de ellas están presentes en Nicaragua. La primera es la tortuga verde, que mide aproximadamente un metro y pesa 180 kilos. La segunda es la Carey, un poco más pequeña y una excelente compañera de buceo, a a pesar de estar en peligro de extinción. También está la especie laúd, la más grande del planeta que puede llegar a pesar hasta 700 kilos. Y, por último, la cabezona y la paslama que son muy pequeñas. Estas últimas llegan en masa a la playa de La Flor para depositar sus huevos; un fenómeno conocido como arribadas y que ocurre cada año entre los meses de julio y enero. Declarada Refugio de Vida Silvestre, está situada a unos 25 kms al sureste de San Juan del Sur, en Rivas, y a unas tres horas en coche desde Managua.

Más info: https://www.visitcentroamerica.com/ y https://www.visitcentroamerica.com/sala-prensa/

Fuente Comunicae