Nadella (Microsoft) cree que 2024 será el año en el que "escale" el uso de la IA
El presidente y CEO de Microsoft, Satya Nadella, ha intervenido este martes en el Foro Económico Mundial de Davos para dialogar sobre el desarrollo de la inteligencia artificial (IA) y sus posibilidades, y ha que destacado que el presente 2024 será el año en el que "escale" la adopción de esta tecnología.
"Tendremos mejores resultados médicos, educativos, mejores servicios y productos en nuestras vidas. Esa abundancia, esa innovación, es la que conduce a la humanidad hacia adelante", ha señalado.
Según su criterio, la ciencia será uno de los campos más beneficiados por el desarrollo de la IA, y considera que pronto se podrá observar una "aceleración real" en el sector de magnitud superior a la generada por otros avances. En este sentido, destaca que "la la revolución digital ha traído nuevas herramientas a la ciencia, pero no ha sido fundamentalmente aceleradora".
Sobre la incertidumbre que envuelve al desarrollo de esta herramienta, que se centra principalmente en los posibles problemas de seguridad, considera que se deben consideran en conjunto las "consecuencias no intencionadas" de la IA con sus beneficios para la sociedad.
Sin embargo, ha asegurado que siente "optimismo" al respecto, generado por "el diálogo" que se está produciendo entre los principales actores de la industria con el objetivo de "buscar formas de mejorar los estándares de seguridad". Además, ha reclamado más colaboración a la esfera política para que toda la responsabilidad no recaiga sobre el sector privado.
"Es bueno ver al mundo pensar que necesitamos más tecnología y normas sobre como implementamos esa tecnología", ha manifestado.
Nadella se ha mostrado partidario de la regulación en torno a la IA, y ha apostado por una receta que incluye la adopción de normas con una "combinación de innovación privada y un enfoque de seguridad primero". "Estos desafíos globales requieren normas globales", ha detallado.
El CEO de Microsoft ha asegurado que la IA debe buscar favorecer a los países menos desarrollados, ya que "lo último que necesita el mundo son tecnologías que generan más división".
