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02/04/2020 06:00:00

La banca y el Gobierno tratan de contener la demanda de avales por parte de las empresas

Los cacareados 100.000 millones de avales estatales para créditos a empresas y autónomos han dado pie a un tira y afloja entre la banca y el Gobierno, por un lado, y las empresas ávidas de liquidez, por otro. Según fuentes del sector, los bancos no están siendo proactivos en la concesión de nuevo crédito con garantía estatal, ni el Gobierno quiere que lo sean, y únicamente los están concediendo para las renovaciones de préstamos viejos, algo que ve bien el BCE, lo que contrasta con la fuerte demanda de liquidez de las compañías..

La banca y el Gobierno tratan de contener la demanda de avales por parte de las empresas

Bolsamanía ya informó de que los bancos están siendo muy cautelosos en la concesión de estos créditos. ¿A qué se debe este comportamiento? Por el lado de las entidades, no quieren asumir nuevo riesgo en vísperas de una crisis económica tan grave como la que se nos viene encima, aunque esté avalado por el Estado. Primero, porque hay un 20% que deben asumir ellos; y segundo, porque tarde o temprano tendrán que provisionar unos créditos que en su inmensa mayoría entrarán en mora (de momento, el BCE les permite no hacerlo).

Ahora bien, otra cosa es aplicar el aval del Estado a préstamos viejos ya concedidos (las garantías son tanto para nuevo crédito como para renovaciones), algo que se está haciendo masivamente porque así las entidades consiguen reducir su riesgo en ese 80%. Según las fuentes consultadas, esto cuenta con el respaldo total del supervisor europeo, que quiere minimizar en lo posible el duro impacto de la crisis que se avecina en la solvencia de la banca. Desde una entidad, confirman esta práctica y matizan que "los bancos estamos actuando en función de las necesidades de cada cliente porque, si no les respondemos, otro lo hará".

EL GOBIERNO QUIERE REDUCIR AL MÁXIMO EL GASTO PÚBLICO

Por el lado del Gobierno, desde el principio ha querido restringir al máximo su concesión: primero solo quería avalar el 50% de la cantidad concedida; finalmente cedió hasta el 80% pero solo liberó 20.000 millones y se reservó la posibilidad de empeorar las condiciones en los 80.000 restantes; y alargó el plazo hasta 10 días para ponerlos en marcha.

La razón en este caso -como en todas las medidas que ha ido tomado en esta crisis- es restringir el aumento del gasto público que se derivaría de una ejecución masiva de los avales. Algo que tiene mucho que ver con el deterioro del déficit y la deuda antes de que llegara la epidemia a España.

Algunas de las fuentes sostienen que el plan de Pedro Sánchez era conseguir que la UE emitiera los famosos eurobonos o coronabonos para poder mutualizar el fuerte incremento del déficit que va a provocar la crisis actual. Pero como la idea ha sido rechazada por los países del Norte, necesita ganar tiempo para buscar otra solución y, por eso, quiere retrasar al máximo la concesión de los créditos avalados.

La consecuencia es que las empresas no están accediendo realmente a las principal ayuda puesta en marcha por el Ejecutivo para mantener su liquidez. Y existe una fuerte demanda porque, en estos momentos, acceder a estos créditos puede suponer la diferencia entre la supervivencia o la quiebra. De ahí que, en lo que coinciden empresas y entidades es en que los 20.000 millones liberados por el Ejecutivo "se quedan muy cortos".

Si no se amplía la cantidad y si los bancos no tienen una actitud más proactiva, muchos analistas pronostican que vamos a ver una oleada de concursos ya que, a la falta de liquidez, se suman otras medidas restrictivas como la prohibición de despedir o la negativa a rebajar o aplazar los impuestos.


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